A través del tiempo se han encontrado
grandes discusiones con respecto a las variadas teorías en economía, en este
caso solo me voy a referir a la neoclásica y la keynesiana, que de algún modo
se podría decir que hoy en día son base de manera selectiva para el
funcionamiento de las economías con sistemas de producción capitalistas,
refiriéndome específicamente a países como Estados Unidos y Colombia, en el que
el dueño del capital va velar siempre por el interés de maximizar beneficios,
acumulando capital aprovechándose de los trabajadores, que lo único que estos
tienen como objetivo es el de obtener un
ingreso que por lo menos alcance a cubrir la necesidades básicas. Uso el
término “aprovechamiento” porque es una forma como veo que la gran mayoría de
los empresarios están actuando sobre sus empleados. Siendo evidente en el
salario, que es en pocas palabras injusto respecto a la cantidad de trabajo que
le atribuyen a la actividad de producción, pues estos están excediendo trabajo,
solo por esperar un ingreso justo. Es ahí donde supuestos neoclásicos como el
hombre es racional, hay competencia perfecta, la información es perfecta, en la
realidad se derrumban.
Teniendo en cuenta lo anterior, se debe
tener presente la existencia de un determinante muy importante en la industria
del mercado en cuanto a sus agentes económicos (y que todo no es tan perfecto
como lo plantean los neoclásicos, pues en el mundo real cada ser humano piensa
distinto y racionalmente, y es así como para el análisis económico hay que
agregarle el comportamiento conductual, psicológico) tal como lo es: “las
expectativas”, que J.M Keynes señala en su capítulo V; un concepto que vale la
pena rescatar ya que influye mucho en el actuar de los empresarios y
trabajadores, porque por un lado ´el productor al querer empezar su producción
o iniciar un negocio tendrá que pensar en el precio a los bienes una vez estén terminados,
no dejando a un lado la disposición de pago por parte de los consumidores, o
también podrían pensar en los rendimiento esperados a futuro ya sea en el caso
de comprar producciones terminadas o adiciones a sus equipos de producción´. Lo
anterior fue calificado por Keynes como expectativas a corto y largo plazo
respectivamente.
Adicional a ello, el teórico en economía
subraya que si hay variaciones en estas expectativas en el caso de que sean de
carácter positivo, habrá por su parte un incremento en el volumen de producción,
sin embargo, si son de aspecto negativo habrá una disminución en el volumen de
ocupación.
En conocimiento de lo anterior podremos
decir que dependiendo de las expectativas del productor, habrá
proporcionalmente un volumen de ocupación. Donde el número de trabajadores
contratados producirán lo que el productor tiene en mente, de tal manera que
genere ganancias, y por su parte los empleados, produzcan lo necesario para
poder sobrevivir. Sabiendo los fabricantes que así como se va a requerir cierta
cantidad de empleados, estos al ser al mismo tiempo los consumidores, pues
compraran pero si agregamos el problema de la demanda efectiva, la oferta de
ocupación lograra más ingresos, pero la propensión a consumir será cada vez
menor, generándole perdidas al empresario, lo cual no estaría dentro de las
expectativas de este, y es por esto que los
manufactureros a la hora de iniciar un negocio, una producción primero
deben sentarse a pensar que es lo que esperan a largo y corto plazo como
rendimientos.
Bibliografía:
Keynes, J. M.
(2014). TEORIA GENERAL DE LA OCUPACION, EL INTERÉS Y EL DINERO. Mexico-
Buenos Aires: FONDO DE CULTURA ECONOMICA.
Cod. 104417011293