La sostenibilidad de las finanzas públicas es un pilar fundamental para garantizar el
desarrollo económico y social de cualquier país. En Colombia, sin embargo, el reciente
análisis del Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf) revela un escenario preocupante:
cumplir con la regla fiscal en 2025 exigiría ajustes equivalentes a $46 billones, ya sea
mediante incrementos de ingresos o reducciones de gasto. Esta cifra, que representa el 2,6%
del PIB, no solo muestra los desequilibrios actuales, sino que también plantea un debate
urgente sobre la necesidad de reformas estructurales para evitar una crisis fiscal.
El Carf advierte que, según las proyecciones del Gobierno, el déficit fiscal alcanzaría el
5,1% del PIB en 2025, mientras que la deuda pública llegaría al 60,6% del PIB, superando
el ancla fiscal del 55%. Estos datos son alarmantes, pues Colombia acumularía seis años
consecutivos con déficits superiores al 4% del PIB, una tendencia insostenible que deteriora
la confianza de los mercados y limita la capacidad del Estado para invertir en políticas
sociales. Además, existen riesgos adicionales, como el aplazamiento de gastos
comprometidos desde 2024 y el impacto del incremento del salario mínimo, que podrían
sumar una carga fiscal de $28,5 billones (1,6% del PIB). Estos factores reflejan una falta de
margen fiscal para enfrentar contingencias económicas o sociales, algo crítico en un
contexto global cambiante.
Uno de los puntos más preocupantes son los desacuerdos entre las proyecciones del
Gobierno y las del Carf en materia de recaudo tributario. Mientras el Ejecutivo estima
ingresos por $299,9 billones para 2025, el Carf considera que esta meta es “improbable”, ya
que proyecta un faltante de $34 billones. Esta brecha sugiere que las políticas actuales de
recaudación son insuficientes o poco realistas, lo que exige una revisión profunda del
sistema tributario para ampliar la base gravable y combatir la evasión.
Por otro lado, el creciente servicio de la deuda pública emerge como un lastre para el
desarrollo. Según el Carf, en 2025, uno de cada tres pesos recaudados se destinaría al pago
de intereses, reduciendo los recursos disponibles para educación, salud o infraestructura.
Esta dinámica, combinada con un bajo crecimiento económico (que limita el incremento
natural de los ingresos), genera un círculo vicioso: mayor endeudamiento para cubrir gastos
corrientes, seguido de recortes en inversión productiva, lo que a su vez frena el crecimiento.
El diagnóstico del Carf es claro, Colombia necesita reformas que trasciendan los ajustes
temporales. En primer lugar, se requiere una reforma tributaria progresiva que garantice
ingresos estables sin ahogar a las clases medias o a las pequeñas empresas.
Bibliografía
1. Jessika Rodríguez M. Revista “portafolio”.
https://www.portafolio.co/economia/finanzas/advertencias-del-carf-sobre-el-
Me pareció muy interesante tu ensayo, especialmente por la forma en que explicas el desafío fiscal de Colombia. Desde la perspectiva de Keynes, el gasto público es una herramienta clave para impulsar la economía, pero el alto déficit y la deuda restringen esta posibilidad. Esto genera una disyuntiva: recortar el gasto puede frenar el crecimiento, pero no hacerlo podría afectar la confianza en los mercados. Sería útil explorar cómo se podría aplicar una estrategia equilibrada que permita mantener la inversión pública sin comprometer la sostenibilidad fiscal.
ResponderBorrarEl texto describe un panorama fiscal preocupante para Colombia en 2025, con un déficit del 5,1% del PIB, una deuda pública que supera el límite del 55%, y un servicio de deuda que abarca un tercio de los ingresos; me parece alarmante que falten recursos para sectores clave como salud o educación y que las proyecciones tributarias del Gobierno parezcan poco realistas, según el Carf. Estoy de acuerdo con la idea de una reforma tributaria progresiva, pero los riesgos sociales de los ajustes son preocupantes especialmente en un contexto de bajo crecimiento.
ResponderBorrarEs un desafío importante que requiere decisiones cuidadosas para evitar una crisis mayor.