miércoles, 16 de agosto de 2017

Ingreso a la teoría Keynesiana desde una breve perspectiva histórica


Creo, al menos, en que los hombres nunca han dejado de avanzar en la conciencia que han ido adquiriendo de su destino, no nos hemos elevado por encima de nuestra condición, y, sin embargo, la conocemos mejor. Sabemos que vivimos en la contradicción, pero que debemos rechazar la contradicción y hacer cuanto sea necesario para disminuirla. Nuestra tarea de hombres es la de encontrar escasas fórmulas que puedan apaciguar la infinita angustia de las almas libres. Tenemos que remendar lo que se ha desgarrado, hacer que la justicia sea imaginable en un mundo tan evidentemente injusto, que la felicidad tenga algún sentido para los pueblos envenenados por la desdicha del siglo. Naturalmente es una tarea sobrehumana, pero se llama sobrehumanas a las tareas que los hombres llevan mucho tiempo en llevar a cabo: eso es todo. El verano, Albert Camus.

Quien desee, o aún más, quien se vea en la obligación ética de sentar las bases de una teoría independiente en su estructura de toda teoría anterior, requiere de gran ingenio y valentía, pues corre el riesgo de que su teoría sea despreciada y relegada al olvido.
John Maynard Keynes postula una nueva teoría revolucionaria, en tanto no se adhiere a los preceptos y principios clásicos de la economía. La necesidad de una nueva teoría económica viene dada, en este caso particular, por unas condiciones históricas apremiantes y arduas. Los años posteriores a la primera guerra mundial constituyeron para Estados Unidos uno de los puntos álgidos del desarrollo industrial, pues este desarrollo fue acompañado de un sentimiento nacional de progreso generalizado, y, más importante aún, de una tendencia al ahorro que reposó en acciones bursátiles. No obstante, la tendencia general era la de una muy grande oferta de productos y una insuficiente demanda que adquiriera y realizara los mismos, lo que ocasionaría la expulsión general de mano de obra, pues no era menester el continuar elaborando bienes de consumo cuando estos no serían adquiridos con rapidez. El desempleo generalizado conllevó a una posterior y abrupta caída de la bolsa de valores, el jueves negro de 1929, el cual constituiría la puerta de entrada a la gran depresión.
La ley de Say, que sostenía que toda oferta crea su demanda fue quebrada por la evidencia empírica. Las explicaciones que la economía clásica pudiera brindar fueron insuficientes para el periodo de crisis que atravesaba la economía mundial, nuevas fuentes teóricas fueron necesarias para implementar políticas reales que alejaran la economía mundial de la tendencia hacia la crisis. En este escenario John Maynard Keynes tuvo la palabra, al sostener que era imperante un Estado efectivamente presente en las actividades económicas, y que era él mismo quien debía abogar por políticas de redistribución del ingreso que posteriormente fortalecerían la demanda agregada. Así pues, dentro de un marco histórico en el que la debilidad y la insuficiencia de los planteamientos clásicos era evidente, los nuevos postulados del keynesianismo vinieron como una posible solución a la confusión económica generalizada.
La evidencia histórica muestra la ineludible necesidad de la creación de nuevas teorías y el replanteamiento de las ya vigentes. La teoría marxista encarnada en la Unión Soviética soportó bastante bien el periodo de la gran depresión mundial, pero fue desintegrada en 1991. Los argumentos marginalistas y las políticas neoliberales han resistido el paso del tiempo, llevando a cuestas una gran carga de inequidad e injusticia social. Es necesario e ineludible, por tanto, la actualización constante del conjunto de teorías, y la generación de ideas que busquen una sociedad tangiblemente más equitativa, unas lógicas económicas más humanas, y una sociedad verdaderamente consciente de su naturaleza y su destino.

Escrito Por: Jorge Luis Rivadeneira.

4 comentarios:

  1. Buen día Jorge

    Un texto impecable.

    Ademas estoy de acuerdo con vos en que es necesario replantear, crear, innovar teorías porque es claro que ninguna a demostrado llegar a la perfección. Quizá no se alcance dicha perfección pero al menos poder alcanzar planteamientos económicos aplicable que sea mas humana, mas equilibrada y se aterrice lo mas cerca posible a las condiciones reales de cada sociedad.

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  2. “Las ideas de los economistas y de los pensadores políticos, tanto cuando tienen razón como cuando están equivocados, son más poderosas que lo que se cree. Los hombres prácticos, que se creen liberados de cualquier influencia intelectual, son en general esclavos de algún economista difunto”. John Maynard Keynes

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  3. Buenas Noches.
    DE acuerdo, para darle cavidad a una nueva teoría económica que tenga la capacidad de transformar la realidad hay que asumir el reto de recuperar su pertinencia. Hay que desandar el camino, pues así como hemos tenido que aprender varias cosas, tenemos que desaprender de otras para lograr hacer un cambio de paradigma en el campo económico.

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  4. Como economistas debemos buscar e implementar una modelo de pensamiento que responda a las necesidades sociales de la actualidad, y no continuar inmersos en modelos que propenden por la inequidad, la acumulación y el crecimiento económico de un solo sector social.

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