Jhon Freddy Dorado Fernandez
La reciente tasa de desempleo en Colombia, situada en un 9.6% al cierre del primer
trimestre de 2025 según el DANE, marca un mínimo desde la pandemia. Sin embargo, esta
cifra, aunque alentadora, coexiste con la realidad de 2.5 millones de personas que aún
buscan trabajo activamente. Esta aparente contradicción sugiere que la mejora estadística
puede ocultar debilidades estructurales subyacentes en la economía. Un análisis desde la
perspectiva keynesiana, centrado en el concepto de la Eficiencia Marginal del Capital,
resulta esclarecedor para comprender cómo la dinámica de la inversión privada está
moldeando el panorama laboral colombiano.
Keynes definió la Eficiencia Marginal del Capital como la tasa de rendimiento que
los empresarios esperan obtener de una nueva inversión de capital. Esta expectativa,
fuertemente influida por la confianza y las perspectivas futuras, es el motor principal de la
inversión privada. La decisión de invertir se toma comparando la Eficiencia Marginal del
Capital con la tasa de interés de mercado: si la rentabilidad esperada supera el costo del
capital, la inversión procede, impulsando la actividad económica y el empleo. Por el
contrario, una Eficiencia Marginal del Capital baja, ya sea por pesimismo, incertidumbre o
condiciones objetivas desfavorables, desincentiva la inversión y frena la creación de
puestos de trabajo, llevando a las empresas a preferir la liquidez o la cautela.
En el contexto colombiano actual, la dinámica de la Eficiencia Marginal del Capital
parece explicar las disparidades observadas en el mercado laboral. Mientras sectores como
la agricultura y la manufactura muestran cierto dinamismo en la contratación, sugiriendo
una Eficiencia Marginal del Capital relativamente más favorable, otros ámbitos cruciales
como la administración pública y las actividades financieras registran contracciones. Esta
divergencia indica que la confianza y las expectativas de rentabilidad no son homogéneas
en toda la economía. La caída del empleo en sectores con peso estatal o financiero apunta a
una Eficiencia Marginal del Capital deprimida en esas áreas, lo cual limita la capacidad
general de la economía para absorber mano de obra de forma robusta. Diversos factores
contribuyen a este escenario de inversión contenida y baja Eficiencia Marginal del Capital
en segmentos importantes. La alta tasa de informalidad laboral estructural limita la base del
empleo formal y estable. La volatilidad económica, tanto interna como externa, genera
incertidumbre y dificulta las proyecciones a largo plazo, elevando el riesgo percibido de las
inversiones. A esto se suma una demanda interna que muestra signos de debilidad,
reduciendo las expectativas de ventas y beneficios futuros. Finalmente, si la tasa de interés
se percibe como elevada en comparación con la rentabilidad esperada, la decisión
empresarial lógica se inclina hacia la prudencia financiera en lugar de la expansión
productiva y la contratación. Frente a una inversión privada insuficiente derivada de una
Eficiencia Marginal del Capital deprimida, el enfoque keynesiano propone un rol activo del
Estado para estimular la economía. Cuando el sector privado se resiste a invertir, la
intervención pública puede actuar como un catalizador. Esto puede incluir políticas
monetarias expansivas para reducir el costo del capital, incentivos fiscales dirigidos a
fomentar la inversión productiva, o la ejecución directa de proyectos de obras públicas que
generen demanda y empleo. Más allá del impulso directo, estas medidas buscan
fundamentalmente mejorar el clima de negocios y elevar las expectativas empresariales, es
decir, incrementar la Eficiencia Marginal del Capital percibida.
En conclusión, la tasa de desempleo del 9.6% en Colombia, si bien representa un
avance, ofrece una visión incompleta si no se considera la debilidad subyacente de la
inversión privada, reflejada en una baja Eficiencia Marginal del Capital en sectores clave.
Los factores estructurales como la informalidad, la volatilidad y la confianza empresarial
juegan un papel determinante. Superar este desafío y lograr una reducción del desempleo
que sea sostenible y significativa requiere más que celebrar cifras aisladas. Es necesaria una
estrategia coordinada entre el sector público y el privado, orientada a revitalizar la
inversión, haciendo que asumir riesgos productivos vuelva a ser una perspectiva atractiva y
rentable en Colombia.
Bibliografía
https://www.larepublica.co/economia/al-cierre-del-primer-trimestre-de-2025-se-registraron-
2-5-millones-de-desempleados-4123022
claro como el agua necesitamos inversion en sectores clave que sean catalizadores para la economia colombiana y que promuevan una mejor dinamica economica y disminuya el desempleo.
ResponderBorrarDesde mi perspectiva me parece muy acertada la manera en que explicas cómo utilizas la eficiencia marginal del capital para explicar por qué algunos sectores siguen sin generar suficientes empleos. No basta con tener condiciones favorables en términos generales si las expectativas empresariales siguen siendo bajas. También me pareció muy importante que señales cómo la falta de inversión está ligada a factores como la informalidad o la incertidumbre económica. A veces se habla de estos temas de forma muy general, pero tú logras relacionarlos con las decisiones concretas que toman las empresas. En ese sentido, comparto la idea de que el Estado debería intervenir más activamente, no solo con medidas monetarias, sino también creando un entorno que motive a invertir y contratar.
ResponderBorrarMe pareció muy acertado este análisis porque muestra que detrás de una cifra aparentemente positiva, como una baja tasa de desempleo, hay realidades más complejas que no se pueden ignorar. Entiendo que la inversión privada no se activa sola, sino que depende mucho de las expectativas, la confianza y las condiciones del entorno. Por eso, tiene todo el sentido que el Estado intervenga cuando esas condiciones no están dadas, especialmente en sectores clave donde la inversión está deprimida. Me quedo con la idea de que no basta con celebrar cifras; lo importante es que haya un cambio estructural que permita que la inversión y el empleo sean sostenibles a largo plazo. Es un enfoque muy útil para entender lo que realmente está pasando en nuestra economía.
ResponderBorrarEn este articulo se ve reflejado el concepto de keynes de que la inversión privada depende en gran medida de las expectativas empresariales sobre la rentabilidad futura. Es decir, si los empresarios no ven condiciones favorables para recuperar con ganancias su inversión, simplemente no invertirán. Esto es precisamente lo que parece estar ocurriendo en ciertos sectores clave de la economía colombiana, donde la desconfianza, la volatilidad y la baja demanda interna están frenando nuevas contrataciones.Desde mi punto de vista, es muy interesante cómo el artículo muestra que la inversión privada no está respondiendo de igual forma en todos los sectores. Algunos como agricultura y manufactura parecen estar más activos, mientras que otros como la administración pública y el sector financiero se están contrayendo. Esto refleja que la Eficiencia Marginal del Capital varía según el entorno y la percepción del riesgo, lo que termina impactando directamente la capacidad de generación de empleo. Tambien cuando la inversión privada falla en dinamizar la economía por sí sola, el Estado debe intervenir activamente, como lo planteaba Keynes. Esto no solo implica impulsar políticas de gasto público para generar empleo directo, sino también crear las condiciones para que la inversión privada vuelva a ser atractiva: reducir las tasas de interés, brindar estabilidad macroeconómica, ofrecer incentivos fiscales y mejorar la confianza empresarial.
ResponderBorrarAdemás, creo que el caso colombiano pone en evidencia cómo problemas estructurales como la alta informalidad laboral y la incertidumbre en las reglas de juego limitan el efecto de cualquier política macroeconómica si no se acompañan de reformas institucionales. En otras palabras, no basta con querer aplicar políticas keynesianas si no se abordan los obstáculos que impiden que esas medidas tengan impacto real.
Creo que es importante tener en cuenta que aunque la tasa de desempleo en Colombia se ha reducido, aún hay millones de personas buscando trabajo. Este texto explica que -desde una perspectiva Keynesiana- la clave está en la confianza que tienen los empresarios para invertir. Ya que si ven el futuro con incertidumbre o creen que no ganarán suficiente, van a preferir no contratar ni arriesgar. Por lo tanto, aunque las cifras mejoren, la economía aún enfrenta obstáculos. La solución no es solo esperar que el mercado se recupere solo, sino que el Estado también debe actuar para crear un entorno más seguro y atractivo para la inversión y el empleo.
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