martes, 23 de agosto de 2016

¿Por qué razón un trabajador puede aceptar un menor salario?


VIVIANA ANDREA SANCHEZ BRAVO

Para dar solución a nuestra pregunta aludimos primero a la crítica que  hace Keynes al segundo postulado de la teoría neoclásica, en donde se  define la oferta de ocupación y  dice que la utilidad del salario real es igual a la desutilidad marginal del trabajo dado un nivel de ocupación, siendo esta la condición maximizadora de utilidad por parte de los trabajadores.

Desglosemos y entendamos que dicha utilidad del salario real es referente al grado de satisfacción que le reporta al trabajador gastar su salario en el consumo de bienes y servicios. Ahora bien por utilidad marginal del ocio (DMW) o a las razones que induce a un trabajador a abstenerse de emplearse, antes que aceptar un salario que represente una utilidad inferior a su criterio  (coste de oportunidad que  podría ser mucho mayor) en este sentido  los clásicos admiten el llamado desocupación friccional asociado al tema de la búsqueda y de la información como el de la desocupación voluntaria,  estados descritos como  “ocupación plena”.
Siguiendo en relieve hay una tercera desocupación que los postulados clásicos no admiten, Keynes la define como la desocupación involuntaria y dice “los hombres se encuentran involuntariamente sin empleo cuando, en caso de que se produzca una pequeña alza en el precio de los artículos para asalariados, en relación con el salario nominal tanto la oferta de mano de obra dispuesta a trabajar por el salario nominal corriente como la demanda total de la misma a dicho salario son mayores que el volumen de ocupación existente”, en síntesis  en un determinado nivel de salarios vigentes (aún con disminución de salarios reales) existe una mano de obra que quieren pueden y desean trabajar y no consiguen empleo, (“des ocupada”), incluso por un nivel de salario inferior a la tasa de salarios vigentes, mientras que para la teoría neoclásica es en el mercado de trabajo donde se determinan el precio real del trabajo y el nivel de empleo ósea que  la  visión clásica al disminuir los salarios reales, el volumen de empleo aumentaría necesariamente ósea que la demanda de fuerza de trabajo sería mayor y es aquí el meollo del asunto porque si el segundo postulado clásico no se cumple, entonces no es verdad que los trabajadores no aceptarían trabajar por un salario real menor, es más ellos  estarían dispuestos a bajar sus salarios debido a que la utilidad del salario real aún es mayor que la desutilidad de trabajar. En este juicio, si hubiera desempleo, sería el involuntario.
Si los trabajadores toleran  una reducción en sus salarios, la magnitud que se ve afectada es la del salario nominal y no la del real es decir primero  los clásicos saben que el salario nominal es diferente al salario real pero los  hablan de manera indistinta porque el supuesto que los agentes económicos trabajan bajo un principio   de  racionalidad económica que dice que nadie aceptará un salario nominal “bajo” en términos de un salario real. Pero aquí Keynes entiende que una reducción en los salarios nominales no trae inherentemente una baja proporcional en los salarios reales. Explicado en  la propia lógica de determinación de los precios neoclásica sobre los costos de producción, donde el precio de los bienes es la suma de las retribuciones de los factores que se utilizan para producirlos. El salario nominal es parte integrante de estos costos y por tanto del precio del producto. Si los trabajadores aceptan que disminuya su salario nominal, entonces el costo de contratación de la fuerza de trabajo también lo haría y, por consiguiente, los precios de los bienes producidos caerían en una proporción semejante. Nada se resuelve ya que a pesar de la baja de los salarios nominales los precios también disminuirán y el salario real permanecerá constante debido a que la relación entre el salario nominal y el precio de los bienes varía en igual magnitud.
Finalmente se rechaza así el segundo postulado neoclásico y damos por cumplido que los trabajadores, por más que lo quisieran, no hay un mecanismo que permita equiparar  en forma tal de lograr igualar la utilidad del salario real a la desutilidad marginal de trabajo. Esto ocurre simplemente porque están en condiciones de fijar sólo su salario nominal y no su salario real, el cual depende además de los precios que se determinan en el mercado de bienes.
Entonces si el salario real disminuye algunos trabajadores podrían ver que la utilidad que les reporta dicho ocio es mayor que la utilidad que la brindada por el salario, con lo cual podrían decidir abandonar sus puestos de trabajo. En este sentido  por ejemplo, en tiempos de inflación los empleados deberían abandonar masivamente sus puestos de trabajo, evidentemente esto no sucede.

De ninguna manera se observa que los trabajadores renuncien a sus puestos de trabajo cuando aumenta el nivel general de precios. Si bien los obreros se resisten a soportar una disminución en sus salarios nominales, no acostumbran abandonar sus empleos cuando baja su capacidad de poder adquisitivo.

1 comentario:

  1. Considero que el texto explica de manera clara la desocupación involuntaria con respecto al tema de los salarios cabría decir que además los trabajadores buscan proteger su salario real relativo y que por ello no permiten una reducción de los salarios nominales en relación con otros porque esto generaría una reducción relativa de sus salarios reales y que los trabajadores pactan el salario nominal en términos de salario real ya que no sufren de ilusión monetaria

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