martes, 23 de agosto de 2016

SALARIO Y DESEMPLEO: APLICACIÓN DE LA TEORIA CLASICA Y KEYNESIANA.

Natalia Castro Gómez

Es apropiado considerar que la economía no está en un constante equilibrio, debido a que la mayoría del tiempo está en un constante cambio, al igual que las decisiones que toman las personas todos los días, cabe decir que la teoría clásica plantea que hay un equilibrio entre oferta y demanda, equilibrio que se genera   siempre en el largo plazo, pero nuestra vida no es lo suficientemente larga como para  llegar al largo plazo. La teoría clásica ha estado guiando a la economía por un camino netamente racional, sin tener en cuenta que la sociedad cambia continuamente, y no siempre se toman las decisiones de manera racional.
Keynes en su libro “La teoría general de la ocupación, el interés y el dinero” en el segundo capítulo  analiza los postulados de la teoría clásica,  dando a conocer por qué estos postulados no pueden dar cuenta de los problemas que aquejan a la economía. El punto de inicio de esta crítica  se origina con el análisis de las consecuencias económicas y sociales que dejo la gran depresión (desempleo, inflación, estancamiento de la economía). En uno de los postulados clásicos se  asume que el salario es igual al producto marginal del trabajo, es decir que hay un equilibrio cuando el salario compensa el esfuerzo que hace el trabajador para emplearse. Este supuesto asume que todas las personas que son contratadas tienen el mismo grado de capacitación y de esta manera la cantidad de trabajo que añade el ultimo trabajador contratado será menor al anterior, dejando a un lado la posibilidad de que este trabajador hubiera tenido un grado más alto de calificación, y de esta manera haber añadido más trabajo, incrementando la productividad, es decir que este supuesto está dejando de lado el proceso de tecnificación que se genera continuamente en el proceso productivo.
Así como los clásicos analizan el tema de los salarios y la desutilidad del trabajo, también analizan el desempleo, puesto que consideran que solo hay dos tipos de desempleo: el friccional, que se puede considerar como “… la desocupación debida a un desequilibrio temporal de las cantidades relativas de recursos especializados, a causa de cálculos erróneos o de intermitencias en la demanda; o bien de retardos debidos a cambios imprevistos o a que la transferencia de hombres de una ocupación a otra no pueda efectuarse sin cierta dilación; de manera que en una sociedad dinámica siempre habrá algunos recursos no empleados por hallarse "entre oficios sucesivos" (between Jobs)”(Keynes 2014)  y el desempleo voluntario que surge de “… la negativa o incapacidad de una unidad de trabajo para aceptar una remuneración correspondiente al valor del producto atribuible a su productividad marginal…”(Keynes 2014). La solución que le dan al desempleo friccional es disminuir el desempleo friccional (temporal),  disminuir la desutilidad marginal del trabajo de tal manera que se pueda reducir el desempleo voluntario. Incrementar la productividad física de la industria que produce bienes y servicios para asalariados, de esta manera se incrementa la utilidad marginal del salario nominal, otra solución es  incrementar el precio de productos para no asalariados y hacer que el gasto de no asalariados se desplace hacia los productos para no asalariados.
 Keynes considera que los clásicos quedan muy cortos a la hora de analizar el desempleo, puesto que no tienen en cuenta otro tipo de desempleo que se genera en gran medida, en comparación con los dos anteriores; Keynes habla del desempleo involuntario, asumiendo que  es aquella situación en la cual las personas quieren trabajar independientemente del salario, pero no hay trabajo, es decir que hay un exceso de oferta de trabajo. Con este tipo d desempleo se rompe con el postulado clásico de que la utilidad marginal del salario es igual a la desutilidad marginal del trabajo. Este tipo de desempleo involuntario se puede evidenciar en los países que se consideran desarrollados y más aún en los países en vía de desarrollo , y en los países con alta densidad poblacional, condiciones que generan un reducido salario, y en consecuencia una baja calidad de vida. En estas sociedades las personas no siempre puede elegir en que trabajar. Cuando  se obtiene un trabajo, los trabajadores pueden negociar por medio de un contrato su salario nominal, pero no el salario real, ya que los trabajadores no tiene poder sobre la variación en los precios, por esta razón deben ajustarse al salario que se haya acordado, salario que no siempre es el más deseable, sino que es un salario mínimo de subsistencia, el cual no compensa el esfuerzo realizado en la jornada de trabajo.
Lo anterior se puede poner en evidencia en los países latinoamericanos que cuentan con los salarios mínimos más bajos, entre ellos esta Colombia en donde el salario mínimo es de  $689.454 Pesos, el cual no alcanza a cubrir el costo de la canasta básica debido al aumento de la inflación que se generó en el cierre del año 2015.el IPC para ese año fue de 6,77%, por lo que el gobierno incremento el salario en un 7% ( El Espectador 2016), que en palabras del  ministro de hacienda Mauricio Cárdenas “La norma constitucional dice que el aumento del salario mínimo debe estar por encima de la inflación total, no se mira la inflación de un grupo u otro sino el IPC total. La inflación basada en el IPC total fue 6,77 % y el aumento del salario mínimo fue del 7 %, es decir, cumplimos la norma de aumentar el salario mínimo por encima de la inflación” (El Espectador 2016). Aunque este salario no cubre con el costo básico de la canasta familiar, las personas están resignadas a ganar este sueldo, porque es mejor contar con algo de dinero, que no contar con nada. Cabe decir que no todos los colombianos ganan $689.454 Pesos mensuales, puesto que algunas personas solo viven de lo que se ganen trabajando al día o en un jornal, trabajo que realizan más por subsistir.
En conclusión  la teoría clásica se queda corta a la hora de analizar el desempleo, ya que deja por fuera el hecho de que la economía está en constante cambio y en épocas como la gran depresión de los años treinta que se caracterizó por altas tasas de inflación y desempleo, la mayoría de personas estaban dispuestas a trabajar así su salario no cubriera con el esfuerzo que les implicaba el realizar dicho trabajo, es decir que había desempleo involuntario como lo plantea Keynes. Este tipo de desempleo no solo se da en épocas de crisis, sino que se también se ha dado en economías en donde la oferta de trabajo es mayor que la demanda de trabajo o se da por el hecho de que las personas no estén lo suficientemente calificadas para obtener el trabajo.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario