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Para
explicar el concepto de eficiencia marginal del capital según Keynes, es
importante tener en cuenta los rendimientos futuros que resultarán de una cierta
inversión. Tales rendimientos dependerán de las ventas y costos esperados durante
el tiempo de vida útil de un bien de capital, a lo que comúnmente se le llama
rentabilidad económica, o rendimiento probable de la inversión. Para nuestro
propósito, este rendimiento probable de la inversión debe compararse con el
precio de oferta del bien de capital empleado en la producción. Este precio se
refiere concretamente al valor mínimo que su fabricante aceptaría para
producirlo y venderlo, aunque no es necesariamente su precio de mercado. La
relación entre estas dos variables (el rendimiento de la inversión y el costo
de reposición del bien de capital) es lo que Keynes ha definido como la
eficiencia marginal del capital. En sus propias palabras, “la tasa de descuento
que iguala el flujo de rentabilidad esperada durante la vida útil del bien de
capital con el precio de oferta del mismo bien de capital o su costo de
reposición es la tasa de eficiencia marginal del capital”. Este concepto que
brevemente acabamos de repasar es equiparable con el concepto de tasa interna
de retorno o la tasa de rendimientos sobre costos de Irving Fisher. Ambos
proporcionan información significativa a la hora de analizar la pertinencia de
una inversión futura.
Ahora
bien, Keynes en su Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero,
introduce una cuestión de considerable relevancia en el ámbito económico
alrededor del incentivo que conduce a los empresarios privados a invertir, y
ahí mismo presenta también la respuesta. Explica que, al comparar la eficiencia
marginal del capital con la tasa de interés del mercado de dinero, la
diferencia entre ambas variables es la que da señal a los empresarios para
percibir qué tan rentable será la inversión. Como lo mencionamos antes,
procedimiento muy similar al de la comparación entre el costo de oportunidad
del mercado y la tasa interna de retorno de un proyecto económico. En tal caso
la tasa interna de retorno debe superar en buen nivel al costo de oportunidad
del mercado y en el otro caso, la eficiencia marginal del capital también debe
ser mayor que la tasa de interés del mercado para que el proyecto sea rentable.
Este
aporte keynesiano al análisis de la inversión reviste una importancia notable,
sin embargo, el mismo Keynes reconoce que las confusiones alrededor del significado
e importancia de la eficiencia marginal del capital no se han hecho esperar, y
es debido a que no se ha advertido que ella depende del rendimiento probable
del capital y no sólo de su rendimiento corriente. En este punto se hace
visible que el papel de las expectativas no puede perderse de vista a la hora
de llevar a cabo este tipo de análisis económicos, porque nada en nuestro
sistema económico es estable, ni lineal, ni exacto, como lo hemos repetido
hasta el cansancio.
Lo
anterior significa que, si bien los datos corrientes son necesarios, no son
suficientes y que las expectativas pueden fácilmente cristalizar en efectos importantes
como una disminución de precios de los productos, que a su vez ocasionaría una
disminución en la eficiencia marginal del capital haciendo menos rentable la
inversión. Por lo tanto, las expectativas de cambios en variables como las
ventas, la estructura de costos, la tecnología, en la misma competencia y en la
tasa de interés tienen fuerte influencia en la producción actual y
consecuentemente en el nivel de ocupación. Según Keynes, es esta dependencia a
los cambios en la expectativa lo que provoca que la eficiencia marginal del
capital esté sujeta a fluctuaciones violentas, que son la causa de los ciclos
económicos. Así pues, la curva de la eficiencia marginal del capital es de
vital importancia porque las expectativas de futuro influyen sobre el presente
a través de este factor principalmente, mucho más que mediante la tasa de
interés. La tasa de interés, a consideración de Keynes, es un fenómeno
corriente, pero reducir la eficiencia marginal del capital a esa misma
condición es cerrarse a la posibilidad de tomar en cuenta de forma directa la
influencia del futuro en el análisis. Entonces la eficiencia marginal del
capital es la que enlaza el presente y el futuro a través de las expectativas.
Esto es pasar de una forma “contable” de ver la realidad a una visión económica
como tal.
Otro
factor importante citado en la Teoría general de Keynes es el nivel de
confianza en las predicciones o pronósticos de la economía referentes por
ejemplo a la evolución de los mercados y a la rentabilidad de las inversiones.
Este estado de confianza influye drásticamente en la demanda de inversión o en
lo predispuestos que estén los empresarios a invertir en nuevos negocios o a
ampliar la capacidad de sus instalaciones. Si bien es cierto que los artífices
de la disciplina económica se han esforzado por proporcionar herramientas que
posibiliten efectuar cálculos y más cálculos sobre pronósticos o predicciones
del mercado y sus variables más importantes, lo manifiesta Keynes y muchos
autores más, existe un factor psicológico determinante propio de los agentes
económicos, en este caso propio del empresario que es responsable de su
disposición a asumir riesgos o de la satisfacción que le produce construir o
desarrollar nuevos proyectos o negocios. Es decir, la inversión no está exclusivamente
supeditada a una serie de “cálculos fríos”, el componente psicológico es
fundamental en razón de que no existe instrumento matemático alguno que pueda
predecir con total exactitud el desempeño de los mercados en el tiempo. De este
modo, dice Keynes: “si la fogosidad se enfría y el optimismo vacila, dejando
como única base de sustentación la previsión matemática, la empresa se marchita
y muere, aunque el temor de perder pueda tener bases tan poco razonables como
las tuvieron antes las esperanzas de ganar”. Cabe mencionar en este punto la
definición de spirit animal, que
Keynes acuñó para describir lo que permitiría a los empresarios superar el
temor y llevar a cabo efectivamente las inversiones. En conclusión, la parte
psicológica en conjunto con los cálculos matemáticos representan los elementos
de juicio que conforman la plataforma de las inversiones.
Aunque a consideración del grupo, el texto trae consigo un buen contenido, buena argumentación y la descripción de ideas supremamente importantes, sentimos la necesidad de recalcar la importancia de exponer algunos detalles que en realidad son mas bien de redacción. Comenzando primeramente por la nula conexión entre el concepto de "costo de reposición del bien de capital" con las ideas anteriores sobre los rendimientos esperados de la inversión, ya que si se aprecia de manera detenida se puede ver como se introduce el concepto asumiendo que se nombró cuando en realidad no fue así. Por otro lado, mas adelante se encuentra la descripción a una respuesta, en la que inevitablemente hubo que detenerse a preguntar, ¿respuesta a que pregunta? es decir, entendemos que se están exponiendo las características principales de la teoría general de la ocupación referentes a la inversión y la eficiencia marginal del capital, no obstante no se encuentra una clara pregunta. De manera concluyente, vimos unos cuantos errores de redacción en el que faltaron conectores como "pero, no obstante, sin embargo" si se prefiere, y en ocasiones sobraron otros. También hallamos pertinente resaltar que faltó aclarar la relación del nivel de ocupación con las características de la tecnología, la tasa de interés, la estructura de costos y las ventas. Seguidamente encontramos la necesidad de justificar la "causa de los ciclos económicos" pues parece ser algo planteado directamente pero con cierta obviedad que no podemos dejar pasar, es decir, conceptos de esa clase plasmados de manera suelta pueden ser causantes de confusiones, ya que los ciclos económicos son resultado de un proceso compuesto por un mayor numero de variables y determinantes. Por ultimo y no menos importante, percibimos en conjunto dudas sobre el concepto de "demanda de inversión", pues este concepto parece no transmitir la idea pretendida por el autor, o por lo menos no cobija aquellas que despierta su lectura.
ResponderBorrarDicho lo anterior, queremos resaltar que el texto en términos generales es bueno, expone ideas que son necesarias y que se necesitan tener en cuenta para comprender la teoría general de la ocupación, por lo que alentamos al autor del texto a seguir mejorando (como todos lo necesitamos) los textos y mantener la linea de los temas complejos sobre la inversión.
-Santiago Lorza Diez
-Nataly Agredo Bravo
-Johana Castillo
-Carlos Rojas
-Isabella Torres León