Yeferson Agredo Gallego
Para iniciar este análisis es importante tener en cuenta que el ser
humano desde su primigenia constitución y orientación por la vida, siempre tuvo
la necesidad del consumo; las ideas primarias de consumo se rebatían en la idea
misma de necesidad primordial, es por ello que con el transcurso del tiempo la
propensión al consumo sea mucho mayor y requiera de varios análisis para
comprender su amplio margen en la sociedad.
A partir de lo anterior, es importante tener en cuenta que los rasgos
que nos arguyen a pensar sobre el consumo derivan especialmente del monto en el
ingreso de un agente económico, es así como le economía es su construcción como
disciplina fija su ruta hacia la idea misma de producción en tanto permite que
la demanda agregada dependa de la oferta monetaria real, es decir que los
ingresos reales de los individuos dependen del nivel de ocupación que exista en
la economía, y por otra parte depende también de la variación en los ingresos,
entonces “podemos suponer razonablemente que, si la unidad de salario varia, el
gasto en consumo correspondiente a un nivel dado de ocupación cambiará, como
los precios, en la misma proporción” (Keynes, 2000, pág. 89)
En este sentido, la demanda agregada depende como se ha dicho del
nivel de ocupación que exista en la economía, pero también depende de las
unidades monetarias que se gastan en un año, lo cual implica que sea igual a la
oferta de dinero nominal por el número de veces que se mueve el dinero.
Entonces, como se ha observado, es menester plantear que el consumo
depende de: en un primer momento, la variación del salario real, o como lo
llamaría Keynes un factor objetivo a la hora de decidir cómo se consume, y por
otra parte nos encontramos con el valor subjetivo del asunto, ya que como
individuos psicológicos y cambiantes que somos, y estamos propensos a variar el
consumo de acuerdo a la necesidades básicas, pero también a unas necesidades
ostentosas (es pues el caso de la sociedad contemporánea, la cual brinda un sin
número de razones para consumir de manera desaforada, en donde no hablamos de
consumo, sino de consumismo[1]).
Por otra parte, los ingresos no solo nos llevan a pensar sobre su uso
en el consumo, sino que también nos lleva a pensar sobre el ahorro y la tasa de
interés (pero ello sujeto al nivel de ingresos que se tenga). Entonces debemos
tener en cuenta que existe una relación directa entre ingreso y ahorro, es
decir el ahorro depende o es una función residual una vez que se haya tomado
las decisiones de consumo, es por ello que si se consume más, el ahorro
decrecerá pero de manera sutil, afectando de este modo la inversión, aunque hay
que tener en cuenta que cuando se deja de consumir no necesariamente se incurre
en la inversión, sino que incide en varias variables propuestas por Keynes,
como lo son la previsión, una mayor liquidez, una precaución, entre otras.
Para finalizar es pertinente reconocer que cada uno de los factores de
la economía está propensos a cambios, por una parte Keynes afirma que “las
tasas reales de ahorro y gasto totales no dependen de la precaución… La virtud
y el vicio no tienen nada que ver con ellos; todo depende de hasta qué punto
sea favorable la inversión la tasa de interés, después de tener en cuenta la
eficiencia marginal dl capital” (2000, pág. 105) , es así como autor
permite pensar sobre cuál es el uso adecuado de las factores de producción y
que nivel de ocupación tengan para su desarrollo en la sociedad y de esta
manera garantizar que la población no tenga problemas de demanda efectiva, pero
al fin de cuentas la sociedad cambiante hace que los factores de producción y
en caso especial la ocupación de la mano de obra disminuyan en tanto la
productividad se acelera con las nuevas tecnologías y ello nos deja ver que el
nivel de ocupación del factor capital en este sentido atiborra el mercado de
productos, los cuales son inalcanzables por los escasos ingresos que tiene la
mayoría de la población. Entonces cabe preguntarse ¿Cuál debe ser el fin último
del consumo? ¿Hasta qué punto el ser humano por su lucha de interés pasa por
encima de los demás? Y sobre todo ¿Cuáles son las soluciones reales a los
problemas de distribución del ingreso, el consumismo desaforado, la falta de
oportunidades, el hambre, la miseria? Que a mi modo de ver son problemas reales
que convocan a la sociedad a ser más humana.
Bibliografía
Keynes, J. M. (2000). Teoría general de la ocupación,
el interés y el dinero. (E. Hornedo, Trad.) Santafé de Bogotá, Colombia:
Fondo De Cultuta Económica.
[1]
Podemos ampliar el concepto de consumismo a partir de varios autores como,
Guilles Lipovetsky, Zymunt Bauman y Jean Baudrillard entre otros.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario