La teoría económica clásica imperó durante mucho tiempo sobre
el pensamiento económico mundial -y tal vez aún lo hace-; fue capaz de
brindarnos un conglomerado de información muy grande cuyos alcances han estado
presentes desde hace más de 200 años, esta teoría comenzó en un momento donde
la sociedad -aunque se había hecho más compleja- no era tan evolucionada y
dispersa como la de los días que corren; dificultando así que todos sus componentes
estén inmersos en un aparato conceptual muy simple. La teoría clásica como
cualquier otra busca comprender, analizar y exponer -el mundo y las relaciones
que determinan lo económico- para poder explicar las dinámicas que se dan al
interior de una economía, ¿cómo las personas toman decisiones?, ¿cómo
interactúan las familias en las empresas en los mercados?; preguntas que se
hacen con el objeto de simplificar la realidad para entender de una mejor
manera todo el entorno económico.
Sin embargo, -y lo
reitero en este texto- una sociedad que evoluciona se hace más difícil de
estudiar y los alcances del pensamiento económico tal vez no logren explicar o
responder a lo que está sucediendo en la sociedad -en lo que a economía
refiere, obviamente-. Esto -como ya lo sabemos muchos- fue lo que ocurrió a
finales de la década de los 20´s, con la llegada de la Gran Depresión -un
evento que nunca había ocurrido antes-, aparecieron nuevos retos; por lo tanto,
la teoría económica quedó paralizada y le quedó grande salir del agujero en el
que se encontraba. De manera que se hizo imprescindible el desarrollo de nuevos
elementos conceptuales que pudieran arreglar la situación que se estaba dando.
Debemos tener en cuenta que las teorías tanto de las ciencias naturales como
las de las sociales o cualquiera que se les ocurra, debe servir como herramienta
para explicar la realidad y la mayoría de cosas que suceden dentro de la misma
-más no solo unas pocas y determinadas situaciones-, por el contrario no es de
mucha ayuda o mejor dicho, no sirve para nada.
El keynesianismo siempre ha sido polémico, incluso desde sus
inicios, y la razón la podemos hallar en el hecho de que toda la estructura
teórica desarrollada por John Maynard Keynes fue, pues, una respuesta directa a
la Gran Depresión y a la teoría económica que soportaba este sistema. Si observamos con atención, los Keynesianos
tienden a preocuparse o a ponerle más atención al desempleo que a otra
variable, tienen la idea de que los precios y los salarios responden con lentitud
a los cambios en la oferta y la demanda, además -y no voy a nombrar todos los
principios de éste movimiento-, que en el funcionamiento de una economía
influyen tanto las decisiones públicas como las privadas. En la economía, todo
se reduce en última instancia al desempleo, esta situación puede ocasionar
serio daños en un largo o corto plazo. Como lo mencionaba anteriormente, la
preocupación por el desempleo es muy importante y me parece bien que
expliquemos por qué los clásicos colapsan frente al desempleo y las razones por
las cuales Keynes logra ser un poco más “aterrizado”. Una cosa que me pareció curiosa -y para
salirnos un poco del tema- es el hecho de que para ciertas personas resulta
rentable no tener trabajo, un estudio del economista Martin Feldstein de la
Universidad de Harvard demostró que algunos subsidios tienen la capacidad de
generar este impacto.
Pero bueno, ahora sí, empecemos.
La teoría clásica de la ocupación se alza sobre 3 pilares
fundamentales:
1.
La Ley de Say: “Toda oferta crea su propia demanda”
2.
El salario real es igual a la
productividad marginal del trabajo: Este postulado nos da la curva de oferta laboral.
3.
El salario real en la economía es
igual a la desutilidad del nivel de ocupación del trabajo: Por su parte, este postulado nos da
la curva de demanda laboral.
Keynes dice… vea, “estos
tres supuestos, no obstante, quieren decir lo mismo, en el sentido de que todos
subsisten o se desploman juntos, pues cualquiera de ellos supone lógicamente a
los otros dos”, en síntesis, ninguno de los tres funciona. Pero la
pregunta es ¿por qué? -y la cuestión también me la hice yo, porque en mi libro de principios de economía,
la teoría clásica esta por todos lados y esto es todo automático, me parece
perfecto como todo cuadra y se equilibra, ¿por qué la ocupación entonces no?-.
Pues bien, Keynes nos dice lo siguiente:
Primero que todo, cada punto de equilibrio para los clásicos
es un punto de pleno empleo. Ya de entrada tenemos un supuesto que es exagerado
en términos de ocurrencia. ¿Cuál es la probabilidad de que exista en pleno
empleo en la economía? Quien sabe, tal vez sea ninguna, poco probable o hasta
imposible. Ahora, ¿cuándo se encuentra en equilibrio el mercado de la
ocupación? En el punto en que las dos curvas se cruzan, es decir, cuando el
salario real es igual a la desutilidad marginal del trabajo. Pero algo que hay
que tener en cuenta, muy en cuenta, es que cada vez que una de las dos curvas o
las dos se mueven, este cambio significa un nuevo nivel de precios y
cantidades, por lo tanto hay un nuevo nivel de producción, por lo que para esos
nuevos niveles de producción hay otros niveles de ocupación.
Segundo, porque los clásicos se descuidan y no son tan
“realistas”:
1.
La
primera situación por la que no funciona el primer postulado es porque parte de
un supuesto fundamental: donde el Salario
nominal es igual al Salario real. Keynes critica el hecho de que el dinero
no solo es un medio de cambio sino que tiene fuertes impactos en la economía.
En pocas palabras, para Keynes, la relación entre los dos salarios es inversa:
cuando el salario nominal cae, el salario real aumenta y cuando el salario
nominal sube el salario real cae. Porque recordemos, los clásicos solo
consideran el dinero como un medio de cambio sin mayores impactos en la
economía, descuidando así, sus teorías de precios.
2.
Supuestamente,
los trabajadores están en posición de fijar por sí mismos su salario real ya
que como este es igual al real y en el contrato se estipula el salario nominal
hay un acuerdo y se resuelve el problema de manera muy simple. Ahora, lo que
tenemos que preguntarnos es: ¿hay flexibilidad en los contratos?¿se pacta el
salario real en el contrato? La respuesta es un rotundo NO y Keynes muy
inteligentemente lo dedujo: no hay flexibilidad para pactar los contratos, el
trabajador simplemente se adhiere a lo que el demandante de mano de obra
propone y listo, además, como el salario real es diferente al nominal; los
trabajadores solamente pactan el salario nominal en sus contratos
3.
Teniendo
en cuenta lo anterior, hay una premisa clásica que afirma que los obreros no
están dispuestos a trabajar por un salario nominal menor a un determinado nivel
y por tanto esta situación hará que éste se retire del mercado. Keynes, por
supuesto, dice: no, eso no es cierto. La razón está en que por la angustia de
no tener trabajo y como se vuelve un tema de supervivencia habrá alguien que
diga: “yo trabajo por menos”. Incluso, los trabajadores no se dan cuenta que
las fluctuaciones en el mercado y hasta la devaluación de la moneda afecta su
salario real y como están bajo un contrato rígido no pueden decir frescamente:
ay, me retiro, mi salario real se afectó, chao.
4.
Los
clásicos solo aceptan dos tipos de desocupación: la voluntaria (tiene en cuenta
la premisa que mencioné en la razón 3) y la friccional (cuando un trabajador
sale de un empleo y busca otro trabajo). Keynes dice: aquí falta algo más, y
propone la desocupación involuntaria en la cual los trabajadores están
dispuestos a trabajar bajo el salario nominal existente pero no pueden trabajar
porque el aparato económico no tiene la capacidad de absorción para aquellos
que se ofrecen.
5.
Según
el segundo postulado, los trabajadores tienen en el salario real un indicador
preciso, es decir, el salario tiene esa capacidad explicativa y predictoria de
las motivaciones que los trabajadores tengan para no trabajar. Keynes afirma
que lo anterior no es cierto ya que cada vez que se modifica el salario nominal
el salario real también lo hace, entonces, la situación no se hace muy clara
debido a los cambios tan continuos.
A partir de estas rupturas -y lógicamente muchas más- fue que
el keynesianismo se abrió paso hasta la década de los 70´s a lo largo y ancho
del planeta. Lamentablemente la intervención del estado (la cual es una base de
la teoría keynesiana) se hizo cada vez mayor dificultando el dinamismo
económico conduciendo así a que se dejara de adoptar.
Entonces, podemos concluir que los postulados clásicos
definitivamente no se cumplen. ¿Por qué?
1.
Por la forma en como consideran que se genera el
pacto salarial.
2.
Porque los trabajadores no tienen la capacidad
en el pacto salarial para precisar lo que va a ocurrir en el salario real.
3.
Porque los trabajadores siempre se van a
resistir a que les disminuyan el salario nominal pero nunca van a objetar
cuando suban los precios de la canasta familiar (inflación - baja en el salario
real).
4.
Porque las variaciones que se presentan en el
nivel de ocupación estarán ligadas a lo que ocurra en las variaciones
existentes entre salario real y nominal y lo que ocurra entre estas dos
variables estará siempre ligado a una condición de baja de ocupación.
De manera que, podemos decir, la teoría clásica solo es
capaz de explicar un caso único en la economía -con respecto a lo que estamos
tratando-, cuando hay pleno empleo. Por ello el título de mi texto, a falta de
generalidad (los postulados del empleo de la teoría clásica)…¡nuevas
propuestas!
Si bien es cierto ninguno funciona, Keynes más o menos se
resigna a aceptar el primer postulado y para él propone: cómo se incrementa el
nivel de demanda y qué pasa por el lado de la oferta. Por el hecho de haber
sido tan extenso no los trataré en el texto, sino que lo menciono para que se
entienda un poco más mi idea; la formulación de nuevas propuestas para la
crisis y la verdadera teoría económica.
Adrián Jiménez
Bibliografía.
J.M Keynes - La teoría general de la ocupación, el interés y
el dinero. Fondo de cultura económica.
Edmund Conway - 50 cosas que hay que saber sobre economía.
Ariel
Hola
ResponderBorrarEs un texto muy interesante, la manera como manejas tus ideas y lo planteado por estos grandes de la economia es bastante claro y como justificas dichos planteamientos lo hace al texto muy completo.