martes, 28 de agosto de 2018

¡Keynes sigue vivo!


                                                   Julián Andrés Palacios
Desde una perspectiva económica, si tuviéramos que definir al siglo XX en pocas palabras, “la batalla de las ideas” sería un título apropiado para una centuria definida por el conflicto, que más allá de la beligerancia de dos guerras explicitas y una encubierta, marcaría el duelo de los sistemas económicos capitalista y comunista, en una encrucijada que como diría Keynes, demarca la esclavitud del hombre practico a merced de algún economista difunto. Es así como se presenta la lucha de las economías de planificación centralizada contra las de libre mercado.
Ante la gran recesión de 1929, la teoría clásica ortodoxa quedaba desarticulada frente a un fenómeno para ese entonces inconcebible: la posibilidad del equilibrio con desempleo. Es ahí cuando un rebelde economista de Cambridge lo cambió todo. John Maynard Keynes logró explicar acertadamente el estado de aquel momento que el capitalismo padecía. Primero, logró identificar la categoría macroeconómica que explicaba la recesión, luego la modeló acertadamente mediante una sencilla ecuación; D=C+I+G+EXPn. La demanda agregada es igual a la suma del consumo, inversión, gasto público y exportaciones netas. El estado de desempleo se podía solucionar incrementando la demanda agregada, esto mediante la disminución de los impuestos,  lo que aumentaría el consumo; la baja en los tipos de interés, que aumentaría la inversión; el aumento del gasto público, y el decremento de los tipos de interés que activaría las exportaciones. Pues bien estás sencillas recetas no solamente fueron útiles, sino que le proporcionaron al capitalismo sus años de mayor crecimiento, sus décadas de oro.
Lamentablemente el modelo de Keynes sólo preveía dos resultados antagónicos, por una parte el desempleo y por otra, la inflación. Es por ello que tras la llegada de la crisis del petróleo en la década del 70, promovida por el alza en los precios del crudo por parte de la OPEP, (un cartel petrolero de gran influencia mundial), llegaron a ocurrir simultáneamente inflación y desempleo, en un fenómeno conocido como estanflación. Así llegaba una época en donde la falta de ocupación ya no venía por medio de la insuficiencia de demanda agregada, sino a partir de sobrecostes vía del encarecimiento energético. Ante la imposibilidad de una respuesta keynesiana frente a este fenómeno, “Keynes murió” para darle paso nuevamente a la economía neoclásica, esta vez de la mano de Milton Friedman y Friedrich von Hayek, los cuales detentaban mejores herramientas en el marco del combate de costos desde el interior de la empresa.
El sistema capitalista ha demostrado no ser ajeno a las crisis, la más reciente en 2008, ha suscitado el renacimiento de teorías alternativas que expliquen los estados depresivos y contracíclicos del sistema económico, es ahí donde Keynes vuelve a tener un espacio, demostrando que sus ideas ¡aún viven! Por ello a continuación se explican sus planteamientos más relevantes y las razones de por qué hoy en día tienen plena vigencia.
Keynes establece los fundamentos de la demanda agregada, primero refutando la Ley Say, que dice que la oferta crea su propia demanda, para introducir el concepto de propensión marginal a consumir, el cual explica las cuotas que se destinan  al consumo y ahorro  por parte de los agentes económicos. El ahorro puede realizarse en inversión, siempre y cuando la rentabilidad de la inversión supere a la tasa de interés real, la rentabilidad de las inversiones es la eficacia marginal del capital. Dentro de las alternativas a los usos del dinero, la tasa de interés es clave en la determinación no sólo del ahorro y la inversión, sino también de la especulación, pues Keynes creía que existía una trampa de liquidez, es decir una preferencia por valores líquidos, que frenan las políticas económicas del manejo de la base monetaria. En pocas palabras, una política macroeconómica de expansión de la oferta monetaria, provee dinero que no se destina al uso corriente del consumo y el ahorro, sino a la especulación, que por la propia trampa de liquidez presiona al alza la tasa de interés, por lo que la escasez de crédito lleva a la incertidumbre y al descenso del consumo, en detrimento de la demanda agregada, acabando con los incentivos a la inversión, previendo una nueva contracción y posible depresión; esta es la crisis en el sistema keynesiano.
Todos estos planteamientos renacen si nos ponemos a observar, que la carencia de demanda efectiva y los motivos especulativos son los causantes de una nueva crisis que afronta el mundo. 2008 es conocido como el año de la crisis de las hipotecas subprime, una hecatombe producida por las altas ambiciones del capital y un mercado financiero desregularizado que se prestaba fácilmente a los mayores intereses especulativos. Por otra parte las presiones de austeridad que exige la unión europea, restringen la demanda de los países más afectados, que se les exige el cumplimiento de unas cuotas en nombre de la estabilidad, a costa de un desempleo rampante, que podría obtener ayuda considerable si se reconsiderase la teoría keynesiana. Nuevamente el mundo afronta un vació en la teoría económica, los mercados libres de la escuela neoclásica están fallando, y Keynes reclama su sitio en el panteón de aquellos que creemos que al igual que existen fallas de estado, también las hay de mercado, de los que creemos que no hay respuestas absolutas. La teoría económica es más una colección de teorías útiles que una ley concluyente, es por ello que podemos decir en nombre de la diversidad y la heterodoxia que ¡Keynes aún vive!
Bibliografía
Novelo, F. (2016). La pertinencia actual de la Teoría General de Keynes. ECONOMÍAunam, 13(38), 41-60.
Pavón, J. [UPM]. (2010, Abril 5). Muerte y resurrección de Keynes (subtitulado en inglés) [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=mk6vgZGdar8
Dual. [Victor Milan]. (2011, Julio 1). La Batalla por la Economía Mundial 1 de 6 | Versión Completa [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=cD2u437fGJM&t=178s


1 comentario:

  1. Me parece muy importante como el texto destaca el importante papel de la teoría Keynesiana en la Economía, pero a su vez muestra las falencias que ésta misma ha presentado.
    Así mismo considero acertada la relevancia que se da a las fallas de la teoría clásica y en conjunto la susceptibilidad del capitalismo, en cuanto a las crisis.

    ResponderBorrar