miércoles, 10 de abril de 2024

El contribuir de los machistas fue fundamental para desencadenar una crisis

 “¿Qué hay que hacer para ampliar la libertad de una mujer?... ampliar la cocina.”. 

Chistes como el anterior, son habituales en reuniones de hombres que, usualmente, suelen considerarse mejor que las mujeres por tener unos privilegios heredados injustamente por sus machistas antecesores. Lo más repugnante de dichas premisas, radica en que la mayoría de estos comentarios estúpidos, aunque parezcan inofensivos y sin problema alguno, se impregnan en la mente de los hombres, los cuales comienzan a considerarse mejores que las mujeres y subestiman las capacidades cognitivas de sus compañeras. Lo anteriormente dicho, puede parecer un argumento sin base alguna para cualquier analista económico: ¿Cómo un chiste sin importancia alguna, puede terminar desencadenando una gran crisis económica como la vista en el año 2008?, a lo cual responderé como respondió Julie Matthaei: ¡Las mujeres también podemos¡, la cual es una Economista marxista-feminista-antirracista-ecológica, especializada en mujeres, género, feminismo y trabajo, e involucrada en la investigación y promoción de la emergente economía solidaria. Así que sí, Julie Matthaei no es cualquier persona. 

Ahora bien, cómo es posible que un chiste sin sentido se relacione de una gran manera con una crisis económica. Lo que nos quiere dar a entender el anterior chiste que, debemos aclarar que además de tóxico es demasiado malo. Primeramente, cuando al fin de este se comentan las palabras: “ampliar la cocina”, antecedidas por las palabras “libertad de una mujer”, nos da a entender que la única manera de que una mujer logre la autorrealización, concepto que está relacionado con el término libertad, es haciendo tareas domésticas, predisponiendo la realización del género femenino a unas determinadas tareas impuestas por hombres machistas que le tienen demasiado miedo al potencial femenino.  

Entonces, con respecto a lo anterior, según este estilo de espurio pensamiento machista, las mujeres solo sirven para actividades de servicio, actividades que no tienen nada que ver con el análisis de una economía y menos con el análisis de una economía tan grande como la de Estados Unidos. Sin embargo, las mujeres somos expertas en escabullirnos por los laberintos generados injustamente por el sistema y llegar a puestos de demasiada importancia, este fue el caso de Brooksley Born, la cual fue la presidenta de Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC) en plena crisis económica del año 2008, esta es una de las mujeres más preparadas que ha visto la ciencia económica en toda su existencia. Sin embargo, su historia es interesante de estudiar. Dado que, a pesar de su gran peso académico, fue ignorada por el gobierno cuando ella mismo predijo la crisis que se iba a evidenciar. 

Con respecto a lo anterior, en el ensayo de José A. Tapia Granados se nos comparte: 

“En fin, esto de las causas de la crisis parece ser una cosa complicada. De hecho, desde el lado izquierdo de la profesión económica (el derecho no parece estar diciendo mucho últimamente, al menos en EE.UU.) se nos ofrecen incluso otras hipótesis”. 

Por ejemplo, en un mensaje enviado a la lista de la URPE (la Union for Radical Political Economics, una asociación estadounidense de economistas de izquierda), sugiere Julie Matthaei que el machismo (ella dice “sexism”), es lo que hizo que la economía mundial se viniera abajo (su mensaje se titula “How Sexism Brought Down the World Economy!”). Matthaei, profesora de economía en Wellesley College, explica que Brooksley Born, la directora de la Comisión Reguladora del Mercado de Futuros durante el gobierno de Clinton, “no solo advirtió de la posibilidad de una debacle financiera a finales de los años noventa, sino que trató de convencer a los líderes económicos clave de la nación” (“the country’s key economic powerbrokers”) de que había que tomar medidas para evitar la crisis. Las advertencias de esta mujer fueron no solo ignoradas sino bruscamente descalificadas por Alan Greenspan, Robert Rubin y Larry Summers, que, recordemos, eran los dirigentes de la economía en la época de Clinton. Se pregunta Julie Matthaei si las advertencias de Brooksley Born se hubieran atendido, y si se habría evitado la debacle financiera mundial, si este “regulador” hubiera sido un varón en vez de una mujer, y si el machismo no siguiera siendo tan desaforado (“if sexism wasn’t still so rampant”). 

Matthaei remite a los lectores de su mensaje a un largo reportaje sobre Brooksley Born accesible en la TV pública estadounidense: “Para quien sepa inglés, e independientemente del grado de acuerdo que se tenga con la idea de que el machismo sea causa contribuyente o determinante de la presente crisis económica mundial, todo ese material es sin duda interesantísimo. Lo que todo esto demuestra es que sobre las causas de la crisis hay muy diversas opiniones, que se han oído y que se seguirán oyendo de los que saben de eso, que, supuestamente, serían los economistas” (Granados, 2009 )

Entonces, aquí podemos ver cómo chistes sin sentido alguno, generan graves consecuencias en la sociedad en general, tal vez si tantos “hombres blancos” no hubieran escuchado tantos comentarios estúpidos en su infancia, no habrían crecido pensando que las mujeres somos inferiores que los hombres. Con lo cual, cuando Brooksley Born hubiera comentado sobre la grave crisis que se iba a presentar por la falta de intervención del gobierno estadounidense en los mercados de crédito de futuros, la crisis jamás hubiera sucedido porque los hombres estaban dispuestos a escuchar a la economista como una igual. 

Cambiando de perspectiva, ¿Cuáles eran las premisas que comentaba Brooksley Born?, esta abogada lo único que compartía era la importancia de la regulación de los mercados de futuros por parte del estado (para así, detener los créditos sin garantía alguna y evitar la crisis que se iba a acercar), lo mismo que comento en algún momento Keynes: 

“La inversión, que es el resultado de la decisión de los empresarios, depende más de las expectativas del futuro que de la tasa de interés. Si la inversión disminuye, la demanda agregada también disminuirá, lo que puede llevar a un déficit de empleo. Por lo tanto, el Estado debe intervenir para estimular la inversión y mantener el pleno empleo. Esto se logra mediante el gasto público y la regulación activa de la economía” (Keynes, 1936)

Ahora bien, la crisis económica no dependió únicamente del machismo que mostraron aquellos funcionarios a los comentarios expuestos por Brooksley Born. Dado que, una crisis es influenciada por muchos factores al mismo tiempo. Sin embargo, sí tan solo se le hubiera prestado algo más de atención a aquella abogada, la historia de Estados Unidos y todo el mundo fuera totalmente diferente.

Bibliografía

Tapia Granados, J. (2009). Causas de las crisis: especulación financiera, burbujas, machismo y otras explicaciones económicas de nuestras penurias. Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín.

Keynes, J. M. (1936). Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero. Estados Unidos : Debate.



1 comentario:

  1. Este texto muestra claramente cómo los comentarios machistas, aunque parezcan solo chistes, tienen un impacto serio en la sociedad y la economía. Resalta cómo esos chistes pueden relacionarse con la crisis económica del 2008 al subestimar a las mujeres e ignorar sus advertencias. También se mira desde la perspectiva de Keynes cómo las ideas de Brooksley Born se conectan con las teorías del mismo Keynes sobre cómo el gobierno debería intervenir y fomentar la inversión para asegurarse de que haya suficientes puestos de trabajo. Esto nos dice que las políticas del gobierno son muy importantes, especialmente en tiempos de crisis, donde el gobierno puede marcar la diferencia en la cantidad de empleo y en la salud económica en general.

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