La teoría de Keynes plantea que las economías no siempre logran alcanzar el pleno empleo
de manera automática y que, en muchos casos, la intervención estatal es esencial para
mantener el equilibrio económico. Tres conceptos clave que Keynes destacó son el ingreso,
el ahorro y la inversión, que están profundamente interrelacionados.
1. Ingreso: En la economía keynesiana, el ingreso se define como el total generado por la
producción de bienes y servicios. Este ingreso se distribuye entre el consumo (lo que los
hogares gastan en bienes y servicios) y el ahorro (lo que no se gasta).
2. Ahorro: Keynes argumenta que el ahorro no es necesariamente positivo si no se traduce
en inversión. En épocas de recesión, un exceso de ahorro puede reducir la demanda
agregada, generando desempleo y desaceleración económica.
3. Inversión: Es el uso de los ahorros para proyectos productivos que impulsen el
crecimiento económico. Según Keynes, la inversión depende en gran medida de las
expectativas de los empresarios y puede ser insuficiente en una economía en crisis, lo que
justifica la intervención del Estado para incentivarla mediante políticas fiscales y
monetarias.
La relación entre estos tres conceptos es clara: el ingreso impulsa el ahorro, y el ahorro, a su
vez, debería transformarse en inversión para mantener la actividad económica. Sin
embargo, en la práctica, la conversión de ahorro en inversión puede no ser automática, de
ahí la importancia de un papel activo del gobierno.
El impacto del New Deal tras la crisis de 1929
El New Deal, implementado en los Estados Unidos bajo el mandato del presidente Franklin
D. Roosevelt en la década de 1930, es un ejemplo icónico de la aplicación de principios
keynesianos antes incluso de que Keynes publicara su obra principal. Tras la crisis de 1929,
el colapso de la economía dejó a millones desempleados y generó una caída masiva en el
consumo y la inversión.
El New Deal incluyó un conjunto de programas y políticas destinadas a estimular la
economía mediante:
- Proyectos de infraestructura pública, como carreteras y puentes, que generaron empleo y
aumentaron el ingreso de las familias.
-Reformas financieras que estabilizaron el sistema bancario, permitiendo a las empresas y
los hogares acceder al crédito para el consumo y la inversión.
- Aumentos en el gasto público, que impulsaron la demanda agregada cuando el sector
privado no podía hacerlo.
Estas medidas permitieron reactivar la economía estadounidense, crear empleos y sentar las
bases para un crecimiento más sostenido.
Relación entre la teoría de Keynes y el New Deal
La conexión entre la teoría económica de Keynes y el New Deal es notable, incluso si las
ideas de Keynes no se habían formalizado completamente en la época. Ambas abordan la
necesidad de utilizar políticas públicas para resolver desequilibrios económicos. A
continuación, se destacan algunas relaciones clave:
1. Ingreso y empleo: El New Deal se centró en aumentar los ingresos de las familias
mediante la creación de empleo en proyectos públicos, lo que coincide con la idea de
Keynes de que un mayor ingreso fomenta tanto el consumo como el ahorro.
2. Ahorro e inversión: Keynes advierte sobre los riesgos de un exceso de ahorro en tiempos
de crisis, algo que el New Deal enfrentó fomentando la inversión pública. Las políticas del
New Deal movilizaron el ahorro hacia proyectos productivos, estimulando la economía.
3. Intervención estatal: Tanto Keynes como el New Deal reconocen que el libre mercado no
es suficiente para salir de una recesión. Ambos destacan la importancia del Estado como
motor de inversión y generador de confianza en la economía.
En conclusión, el New Deal y la teoría keynesiana comparten una visión de la economía en
la que la intervención estatal es fundamental para corregir fallas del mercado, garantizar el
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