jueves, 8 de mayo de 2025

Riesgo para el Crecimiento Económico de la Eurozone

 Yeferzon Samboni

Donald Trump, una de las personas más controversiales en estos últimos días, quien

lastimosamente ha desatado una serie de problemas en el ámbito económico, los cuales se han visto

masificados por nuestro peculiar sistema económico globalizado de libre comercio entre naciones.

Lamentablemente el Presidente de Estados Unidos desde el último mes decidió repartir una serie de

aranceles que se aplicarían a diferentes naciones y territorios, lo que ha producido diferentes

reacciones para la mayoría de países y los cuales han debido reaccionar inmediatamente ante la

problemática que se nos viene, lastimosamente la mayoría ya comienza a recibir las consecuencias

de estos anuncios arancelarios, los cuales son mayormente inciertos, es probable que en la mañana

se anuncien imposición de aranceles y en la tarde estos sean cancelados, o que al inicio de estos

anuncios se publicara un arancel y en este mes hayan decidido reducirlos, incrementarlos o

cancelarlos. Claramente todos estos anuncios arancelarios por parte de una de las mayores potencias

económicas han generado una gran incertidumbre en el mercado internacional, lo cual claramente

traerá problemas, es uno de estos problemas traído por los anuncios, lo que tratare de analizar en

este ensayo, utilizando la teoría económica keynesiana voy a tratar de evaluar el posible riesgo que

tiene el crecimiento económico de la eurozone, además de relacionar los análisis de Lord Keynes

con la situación propuesta.

La eurozone sorprendió en el primer trimestre de 2025, ahora, para entender a que me refiero con

eurozone, es el área formada por los estados o naciones pertenecientes a la Unión Europea, pues que

claramente han adoptado el euro. Continuando, según la publicación de Balazs Koranyi (2025), nos

dice que “la economía de la eurozone registró un crecimiento del 0,4 % en el primer trimestre de

2025, lo cual supera a la previsión del 0,2 % y las expectativas de los analistas” generando un

ambiente curioso para la economía europea que en mi opinión y observando los datos, ha estado

apagándose durante este siglo. Según la estimación de Eurostat, este avance, el cual ha sido el

quinto trimestre consecutivo de expansión, les sitúa la variación interanual en un 1,2 % lo que a

primera vista apuntan estos datos, es a un impulso repentino y momentáneo, un crecimiento solo

temporal, debido a que la inversión productiva no acompañó este último impulso y además se puede

observar claros indicios de agotamiento ante la creciente incertidumbre comercial.

Este análisis surge a partir de observar que gran parte del impulso del 0,4 % responde a la

incertidumbre generada en el mercado, prácticamente son compras adelantadas por parte de

empresas y consumidores antes de la entrada en vigor de los nuevos aranceles anunciados por parte


de la presidencia de nuestro ya mencionado, Donald Trump. un fenómeno que según entiendo

genera un impulso económico anticipado y concentrado en el corto plazo, una elevación del PIB sin

generar proyectos de inversión real. Estos movimientos no modifican la EMC de futuros proyectos,

pues según por lo que entiendo, no alteran las expectativas de rentabilidad a largo plazo ni el coste

de financiamiento, básicamente no crean bases sostenibles, contrario a esto, sería la creación de

infraestructura, generando empleos y diferentes beneficios.

Según lo que entendí en clases de teoría económica Keynesiana de los análisis de Lord Keynes, la

inversión solo se materializa cuando la EMC (la eficiencia marginal del capital), es mayor a la tasa

de interés fijada en ese mercado (EMC > i); debemos entender que si la tasa de interés supera la

EMC, la demanda de inversión se reduce hasta cero, además, la curva de la EMC es decreciente,

ósea que a medida que se acumula capital, el rendimiento adicional esperado de nuevas inversiones

disminuye, más fácil, por cada unidad adicional de capital que se invierta se obtiene menos de lo

esperado.

Si hacemos un pequeño análisis a la guerra de aranceles y la volatilidad de los mercados,

claramente podemos afirmar que esto ha mermado la confianza empresarial, llevando al FMI a

recortar su previsión de crecimiento de la eurozone para 2025 de 1,0 % a 0,8 % justamente por la

incertidumbre sobre la implementación de los aranceles, así mismo como lo dice Balazs Koranyi

(2025) en Reuters. Mas aun, estos análisis logran reforzar la incertidumbre sobre la economía de la

Eurozone, por lo que tenemos claros indicios de que la EMC ha caído por debajo de la tasa de

interés real lo que ya sabemos a dónde lleva, una disminución de las inversiones. Como ya nos

explicaron en nuestras clases de Keynes, cuando la EMC de los proyectos se sitúa por debajo de i,

las empresas prefieren la liquidez o retener el capital antes que iniciar proyectos de inversión, los

cuales no generaran las expectativas y lo obtenido no tendrá el valor de la I inicial. El análisis de

Lord Keynes explica por qué, pese al crecimiento del PIB, la formación bruta de capital fijo de la

eurozone permanece estancada, tengamos en cuenta que el Sir hizo estos diferentes análisis

prácticamente en los años 30, del siglo pasado.

Finalmente, por lo que puedo leer acerca del tema, según un artículo publicado por Olaf Storbeck e

Ian Smith estos afirman que “en respuesta de los aranceles de Trump, el Banco Central Europeo

recortó su tipo de depósito al 2,25 %” (2025). Podríamos pensar que están tratando de reducir i y

tratar de restaurar la condición EMC > i en proyectos viables, no obstante, gracias a las expectativas

pesimistas y la incertidumbre generada no me sorprendería que esto no funcionara. El crecimiento

del 0,4 % oculta un debilitamiento de la eficiencia marginal del capital que, según la teoría de Lord

Keynes, augura una disminución de la actividad de capital a menos que cambien las expectativas o


la política monetaria logre restaurar EMC > i, el crecimiento que estaba teniendo la eurozone no se

La eficiencia marginal del capital en jaque

 Deiner Estiven Rosas Mora

Para la elaboración de este ensayo he tomado la eficiencia marginal del capital, concepto

clave de la teoría keynesiana que mide la rentabilidad esperada de una unidad adicional de

capital, y el cómo esta se ve afectada por la dinámica política y económica generada por las

políticas y declaraciones de Donald Trump en 2025.

La eficiencia marginal del capital como ya lo he mencionado es la tasa de rentabilidad

esperada sobre el costo de adquisición de un activo adicional. En términos formales, si I es

la inversión y r la tasa de rendimiento, Keynes la define como la tasa r que iguala el precio

de mercado de un activo al valor actual de sus flujos futuros de ingresos, para explicarlo en

términos sencillos, Imaginemos que quieres comprar una máquina nueva para tu negocio, la

“eficiencia marginal del capital” es simplemente el porcentaje de ganancia que esperas

obtener por encima de lo que te costó esa máquina.

Para ver esto en la práctica, basta con recordar la guerra comercial de 2018–2019. Cuando

la administración Trump impuso nuevos aranceles, las empresas exportadoras e

importadoras se toparon con un aumento inesperado de costos y riesgos. Ante esta

incertidumbre, los inversionistas siguiendo el principio de la eficiencia marginal del capital

comenzaron a exigir mayores tasas de retorno por sus proyectos, desplazando la curva de

EMC hacia la derecha. Pero se preguntaran, ¿qué significa dicho desplazamiento? Un

desplazamiento hacia la derecha significa que, a la misma tasa r, las empresas solo querrán

invertir una menor cantidad de capital, porque ahora consideran a muchos proyectos

demasiado arriesgados o poco rentables. Para convencerlas de invertir la misma cantidad de

antes, r tendría que ser más alta. Estudios posteriores muestran que estas sanciones

provocaron una contracción de la inversión fija en EE.UU Cercana al 2 % del PIB en 2019,

ilustrando cómo un choque político puede modificar de forma drástica la rentabilidad

esperada del capital.

Como tema más reciente, el 2 de abril de 2025, Trump anunció un arancel general del 10 %

sobre todas las importaciones, vigente a partir del 5 de abril, y aranceles recíprocos más

altos contra los países con mayores déficits comerciales, a partir del 9 de abril de 2025. Esta

medida sorprendió a los inversores y provocó fuertes caídas: el S&P 500 retrocedió casi 5

% y el Nasdaq 6 % en la sesión siguiente, mientras que flujos de capital huyeron hacia

bonos, oro y divisas refugio como el yen.

Una vez definida la Eficiencia marginal del capital y un acercamiento con la situación tan

polémica que estamos viviendo, llego al punto principal de este ensayo y es evaluar el

impacto en la inversión empresarial y como esto desencadena más y más problemas, la

imposición de aranceles sorpresivos por la administración Trump no solo desató un éxodo

de capital hacia activos refugio con el oro alcanzando máximos históricos por encima de 3

500 USD la onza y las entradas a ETFS de metales preciosos disparándose un 170 %

interanual, sino que, al elevar el riesgo percibido y minar las utilidades esperadas, obligó a

los inversionistas a reivindicar rendimientos siempre más altos antes de comprometer

nuevos recursos; ese ajuste de expectativas, ilustrado por el desplazamiento hacia la

derecha de la curva de eficiencia marginal del capital, se traduce en proyectos pospuestos o

cancelados, desde plantas manufactureras hasta iniciativas de investigación y desarrollo en


IA, frenando la creación de empleo y ralentizando el crecimiento del ingreso per cápita.

Con menos vacantes disponibles y presionando a la baja por la moderación salarial, el

poder adquisitivo de los hogares se contrae, reduciendo su propensión marginal a consumir

y debilitando el multiplicador keynesiano: cada dólar invertido imprime menos dinamismo

al PIB, del mismo modo, la creciente volatilidad bursátil y el encarecimiento del crédito

corporativo encorsetan aún más a las empresas, que, con el fantasma de más represalias

arancelarias al acecho, ajustan sus presupuestos y congelan expansiones de plantilla,

profundizando un círculo vicioso en el que la caída de la inversión genera menor demanda

agregada, que a su vez retrae nuevas inversiones. Romper este ciclo requiere recuperar la

confianza mediante acuerdos comerciales creíbles, estímulos fiscales que alivien el costo

del capital y políticas de empleo que sostengan los ingresos familiares, de modo que la

curva de EMC se desplace de nuevo hacia la izquierda y se restituya el flujo virtuoso de

inversión, trabajo y consumo.

Siguiendo la lógica clásica de Irving Fisher, los inversionistas sólo acometen nuevos

proyectos cuando la rentabilidad esperada supera el costo financiero. De esta manera, el

diferencial entre la EMC y la tasa de interés determina la decisión de invertir: si la ganancia

proyectada excede el interés, la inversión se estimula; en caso contrario, se frena. En la

coyuntura de 2025, bajo la administración Trump, las políticas fiscales expansivas y la

orientación monetaria de la Reserva Federal inciden directamente en este diferencial,

moldeando las expectativas empresariales. Cuando la EMC se mantiene por encima de la

tasa de interés, las empresas amplían su inversión productiva, generando más empleo y

elevando el ingreso per cápita. El aumento del ingreso, según la propensión marginal a

consumir, se traduce en un incremento del consumo agregado y, por ende, en un mayor

crecimiento económico. Por el contrario, una brecha negativa desincentiva la inversión, con

efectos adversos sobre el empleo y el crecimiento económico. Así, la EMC se erige como

indicador clave de la economía real: refleja la viabilidad de futuros proyectos productivos y

articula la cadena que conecta las decisiones financieras de los inversionistas con variables

macroeconómicas decisivas como el empleo, la renta nacional y el ritmo de crecimiento

económico. En síntesis, la centralidad de la EMC en el panorama económico de 2025 es

indiscutible, pues actúa como termómetro de la confianza inversora y condiciona el nivel de

inversión necesario para sostener el dinamismo y la prosperidad económica.


Bibliografía


World Gold Council. (2025). Gold Demand Trends: Q1 2025.

https://www.gold.org/goldhub/research/gold-demand-trends/gold-demand-trends-q1-2025

Keynes, J. M. (1936). The General Theory of Employment, Interest and Money. Cambridge

University Press.

Fisher, I. (1930). The Theory of Interest: As Determined by Impatience to Spend Income and

Opportunity to Invest It. Macmillan.


Wikipedia. (s. f.). Guerra comercial entre China y Estados Unidos. En Wikipedia, la enciclopedia

libre. 2 de mayo de 2025

https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_comercial_entre_China_y_Estados_Unidos

International Monetary Fund. (2025). World Economic Outlook: A Slow Recovery (April 2025). IMF.

BAJAR INTERESES NO ES SUFICIENTE PARA LA ECONOMÍA

 ALEJANDRA ROJAS ASTUDILLO

La inversión es uno de los motores principales del crecimiento económico, y su comportamiento

depende tanto de las expectativas de los inversionistas como del entorno macroeconómico. En su

teoría general, John Maynard Keynes introdujo el concepto de eficiencia marginal del capital

(EMC) como una forma de medir la rentabilidad esperada de una inversión adicional de capital.

Según este modelo, si la EMC es mayor que la tasa de interés, habrá incentivos para invertir. Sin

embargo, cuando la EMC es baja, incluso tasas de interés reducidas no son suficientes para

reactivar la inversión. Este análisis se relaciona directamente con la noticia publicada en La

República titulada “Bajar intereses no es suficiente para la economía”, en la cual se cuestiona la

efectividad de la reducción de tasas del Banco de la República como única herramienta para

estimular la economía (La República, 2024).


La noticia señala que, aunque se han reducido las tasas de interés para promover la actividad

económica, la inversión no ha respondido como se esperaba. Esto se debe a que los empresarios

e inversionistas aún perciben riesgos y dificultades en el entorno económico, como la

incertidumbre política, la baja demanda interna y las condiciones estructurales del mercado

laboral colombiano. Desde la teoría keynesiana, esto es completamente coherente: la inversión

no depende únicamente de las tasas de interés, sino también de las expectativas sobre el

rendimiento futuro del capital, es decir, de la eficiencia marginal del capital.


Keynes explicaba que cuando los inversionistas creen que el retorno de una inversión será bajo o

incierto, preferirán mantener su dinero líquido o destinarlo a activos seguros en lugar de invertir

en producción. Así, aunque el costo del capital (la tasa de interés) se reduzca, no se generará un

aumento significativo en la inversión si la EMC es baja. En este sentido, la noticia refleja un

escenario donde la baja confianza de los empresarios impide que la política monetaria expansiva

tenga el efecto deseado.


Además, el artículo editorial menciona que el país debe dejar atrás un modelo económico basado

en la informalidad y avanzar hacia una economía más formal y productiva. Este cambio

estructural podría, desde la perspectiva keynesiana, mejorar la EMC al generar un entorno más

predecible y seguro para invertir. A mayor estabilidad y eficiencia económica, mayores serán las

expectativas de retorno, y por tanto, mayor será la inversión privada.


Por lo tanto, la noticia evidencia cómo, en el contexto colombiano actual, la eficiencia marginal

del capital es baja, y esto limita el efecto positivo que podría tener la reducción de tasas de


interés. El modelo keynesiano sugiere que para aumentar la EMC, es necesario que el Estado

intervenga activamente, no solo bajando tasas, sino implementando políticas que fomenten la

confianza empresarial, mejoren la infraestructura, promuevan el empleo formal y reduzcan la

incertidumbre.


En conclusión, el análisis de la eficiencia marginal del capital desde el modelo keynesiano

permite entender por qué en Colombia, a pesar de la reducción en las tasas de interés, la

inversión no ha crecido de manera significativa. La noticia de La República refleja esta situación

con claridad, resaltando la necesidad de medidas estructurales que eleven la rentabilidad

esperada del capital. Solo así podrá estimularse verdaderamente la inversión y contribuir al

crecimiento económico sostenible del país.


Referencias

 Keynes, J. M. (1936). The General Theory of Employment, Interest, and Money.

Macmillan.

 La República. (2024). Bajar intereses no es suficiente para la economía.

 https://www.larepublica.co/opinion/editorial/bajar-intereses-no-es-suficiente-para-la-

martes, 6 de mayo de 2025

Entre la Inflación y el Crecimiento: La Economía Colombiana bajo el Lente de Keynes

 Sebastian Pineda Zuñiga


Colombia ha experimentado grandes cambios en este último semestre, como la imposición

de los aranceles desde los Estados Unidos, un recorte gradual en las tasas de interés, y un

panorama laboral y fiscal complicado. A continuación, se analizarán varias situaciones que

competen a la economía nacional desde la teoría de John Maynard Keynes, con el fin de

comprender mejor las implicaciones de estas transformaciones.

En su más reciente reunión de política monetaria, la junta directiva del Banco de la

República decidió reducir en 25 puntos básicos las tasas de interés a 9,25%. Que desde

finales del año pasado había estado inalterada en un 9,5%, esta medida demuestra un

progresivo abandono de una política monetaria contractiva buscando mejorar el dinamismo,

la generación de empleo, además de estimular un mayor crecimiento, mientras que la

inflación fue a la baja, acompañada de pronósticos de un mayor crecimientos debido a una

mayor inversión y el aumento del consumo interno. Sin embargo, el panorama del comercio

internacional ha sufrido cambios bruscos por las políticas del presidente Trump, afectando

directamente la demanda externa y los productos exportados desde Colombia.

La política monetaria sigue siendo cautelosa debido a que aun, Colombia se encuentra con

una inflación anual del 5,1% al mes de marzo (aún lejos de la meta del 3%) pero es

necesario estimular la economía para los desafíos que se avecinan. Colombia inició el año

con un déficit de $12,3 billones, lo que equivale al -0,7 % del Producto Interno Bruto

(PIB), con una baja en los ingresos y un aumento mucho mayor del gasto. El gobierno

intenta suplir estas presiones mediante una mayor emisión de títulos de deuda pública

(TES).

En La Teoría General, Keynes plantea que el nivel de inversión no depende directamente

del ahorro disponible, como sostenía la escuela clásica, sino de la eficacia marginal del

capital y la tasa de interés vigente. Si el Banco de la República mantiene tasas elevadas

(como vino pasando los últimos meses), está desincentivando la preferencia por el dinero

líquido: los agentes económicos estarán buscando activos financieros seguros (como los

TES) antes que comprometerse con proyectos de inversión real. Esto reduce la inversión

productiva y limita el impacto multiplicador del gasto público. Si el Estado sigue emitiendo

deuda para cubrir su déficit con tasas tan altas, puede terminar financiando una economía

estancada, donde el gasto público apenas sustituye la inversión privada, en lugar de

complementarla.


Aunque desde la teoría económica se espera que una mayor tasa de interés incentive el

ahorro, en la práctica esto no siempre ocurre. Según un estudio reciente realizado por Ualá

(2025), una parte significativa de los colombianos evita invertir debido al desconocimiento,

la desconfianza y la falta de educación financiera. Un 44% afirma no ahorrar ni invertir, y

solo el 21% cree que la inversión no es para ellos. Esto nos indica que, incluso si las

condiciones macroeconómicas son favorables, el comportamiento de la poblacion puede

bloquear los efectos deseados de la política monetaria. Es decir, sin la confianza ni la

información suficiente, la oferta de instrumentos financieros (como TES o CDT) la gente

no se ve lo suficientemente estimulada a ahorrar. Muchos economistas desde su

pensamiento clásico, pensarían que una alta tasa de interés lleva a la gente a ahorrar, pero el

estudio demostró que en el caso particular de Colombia, la preferencia por la liquides es

muy alta debido a la poca educación financiera y al desconocimiento de este tipo de

mercados, como dice Keynes (1936)

“la cuestión de la deseabilidad de tener un mercado bien organizado para la compra-venta

de deudas, nos presenta un dilema: si no hay tal mercado, la preferencia por la liquidez

debida al motivo precaución crecería mucho; en tanto que la existencia de un mercado

organizado da [170] oportunidad para grandes fluctuaciones en la preferencia por la

liquidez, debidas al motivo especulación.” Pg. 152

Aunque según la teoría keynesiana, el ahorro es más una consecuencia de la inversión que

una condición previa, una alta oferta de ahorros puede facilitar la financiación de proyectos

de inversión en el futuro, siempre que la eficiencia marginal del capital y la tasa de interés

sean favorables.

Tras la imposición del paquete arancelario de la administración Trump, un informe de la

Anif (2025) estima una disminución del producto interno bruto (PIB) del 2,8 % al 2,7 % en

2025, con una pérdida acumulada de 4,7 billones de pesos, y se prevé un gran impacto

inflacionario en la canasta de los hogares colombianos debido a la dependencia de

productos estadounidenses como el maíz, esencial para la industria avícola y porcícola

nacional. Esta situación es una amenaza directa a la meta de inflación del 3% que tiene el

banco de la república, que sin embargo decidió reducir por la situación complicada del país,

sin olvidar la prudencia de la política monetaria.

La senda de reducción de la tasa de interés es una decisión pragmática y acorde a la

situación actual del país. Actualmente vivimos una coyuntura bastante compleja, hay un

nivel de volatilidad muy grande en los mercados externos. Además, las últimas decisiones

tomadas por el Gobierno de Estados Unidos al incrementar los aranceles han creado un

ambiente de tensión en las economías globales, que fundamentalmente van a tener efectos

contraccionistas. La reducción de las tasas de interés es un instrumento poderoso para

socavar estos efectos negativos y estimular el crecimiento de la economía, que sin lugar a

dudas a tenido un buen desempeño los últimos meses. A finales de abril, el Departamento


Nacional de Estadística (DANE), ha revelado que en marzo la tasa de desempleo fue del

9,6%, la más baja para ese mes desde 2017, y un crecimiento económico del 2,5% anual

durante el primer trimestre del 2025, lo que marca un panorama más optimista para los

meses venideros.


https://www.portafolio.co/economia/finanzas/que-tanto-ahorran-e-invierten-los-

colombianos-segun-un-estudio-de-uala-619320

https://www.anif.com.co/informe-semanal/aranceles-inflacion-y-politica-monetaria-el-

precio-de-la-guerra-comercial/

Keynes, J. M. (1936). La teoría general del empleo, el interés y el dinero

https://elpais.com/america-colombia/2025-04-30/el-banco-de-la-republica-cede-baja-las-

tasas-de-interes-de-colombia-a-925.html#?rel=mas

https://www.portafolio.co/negocios/comercio/amcham-se-pronuncia-sobre-el-impacto-en-

el-mercado-colombiano-de-los-aranceles-628520

Cooperación en crisis: Recortes internacionales y su impacto en Colombia

 Durante décadas, Colombia ha sido uno de los principales receptores de cooperación internacional

para el desarrollo, especialmente en áreas clave como la paz, la democracia y el medioambiente. Sin

embargo, recientes recortes presupuestales por parte de agencias de cooperación como USAID y

fundaciones alemanas como KAS y FESCOL han puesto en jaque una red de apoyo vital para

organizaciones sociales. Este fenómeno, que va más allá de decisiones políticas unilaterales, refleja

síntomas profundos de una crisis económica global.

La noticia "No es solo Estados Unidos: Alemania también recorta sus fondos de cooperación en

Colombia" revela un panorama complejo: tras la abrupta suspensión del financiamiento de USAID,

también las principales fundaciones alemanas, dependientes de partidos políticos tradicionales, se

han visto obligadas a reducir sus subvenciones, debido a la recesión económica en Alemania, los

desacuerdos políticos internos y el aumento del gasto en defensa. Este panorama evidencia la

fragilidad de los sistemas de cooperación internacional ante coyunturas económicas adversas.

Desde la perspectiva keynesiana, esta situación puede interpretarse a través de la preferencia por la

liquidez, es decir, la tendencia de los agentes económicos (en este caso, los Estados y sus

instituciones) a conservar dinero en efectivo o activos altamente líquidos ante la incertidumbre del

futuro. Keynes sostenía que cuando las expectativas económicas se tornan negativas, los actores

económicos tienden a reducir su inversión y a "atesorar" dinero, generando un círculo vicioso de

menor gasto, menor ingreso y mayor estancamiento.

Ante esta situación, en lugar de aumentar la inversión pública y mantener el gasto en cooperación

como motor externo de estabilidad, opta por reducirlo, movida por una fuerte preferencia por la

liquidez. Es decir, prefiere mantener reservas disponibles antes que comprometer recursos en

proyectos externos de largo plazo. Esta conducta, aunque comprensible desde una lógica de

prudencia fiscal, contradice el enfoque keynesiano que sugiere precisamente incrementar el gasto

público en épocas de recesión para reactivar la economía.

Cuando las tasas de interés son tan bajas que ya no estimulan la inversión, y los agentes prefieren

conservar su dinero en lugar de gastarlo, se genera un estancamiento del que no se sale solo con

política monetaria. Las fundaciones, al recortar el apoyo financiero pese a la evidencia de necesidad

y rentabilidad social de esos proyectos, están optando por el atesoramiento, creyendo que la

inversión no dará retornos aceptables, aunque estos no sean económicos sino sociales o políticos.

Tal como lo expone Keynes, asume que la tasa de interés equilibra automáticamente ahorro e

inversión. Es decir, si hay más ahorro disponible, la tasa bajará y aumentará la inversión. Pero la

situación actual refuta esa premisa: hay fondos disponibles, tasas bajas, y aun así no se invierte lo

suficiente. Las fundaciones tienen dinero, pero no lo movilizan al mismo ritmo debido a

expectativas negativas. Esto, justamente, es lo que Keynes denuncia como el error de los clásicos:

no considerar el rol psicológico y anticipatorio de los agentes económicos.

La decisión de no invertir por temor al futuro se traduce en una parálisis que afecta de forma

desproporcionada a países receptores como Colombia. Allí, organizaciones sociales pierden sus

fuentes de financiación, lo que implica consecuencias negativas en términos de paz territorial,

justicia ambiental, y fortalecimiento democrático. Así, lo que parece una decisión técnica o fiscal,

tiene un alto costo humano y social.


La solución a estos ciclos de contracción no es esperar que el mercado se autorregule, sino

intervenir activamente desde el Estado para sostener la demanda agregada. Si Alemania y Estados

Unidos reducen sus aportes, es el Estado colombiano quien debería aumentar su inversión en esos

sectores estratégicos. Sin embargo, esto rara vez sucede, pues las naciones en desarrollo suelen

tener menor capacidad fiscal y una estructura económica más vulnerable. En este punto, se refuerza

una de las grandes ideas keynesianas: sin intervención estatal decidida, el sistema capitalista tiende

a generar desigualdades y crisis recurrentes.

El caso analizado demuestra que los conceptos teóricos de Keynes siguen siendo pertinentes. La

preferencia por la liquidez, la trampa de la liquidez y la crítica a la teoría clásica del interés

encuentran una expresión concreta en los recortes a la cooperación internacional. Las decisiones

que toman gobiernos y fundaciones en países desarrollados, aunque justificadas por sus propias

crisis, tienen un efecto dominó en regiones más frágiles como América Latina.

Ante esto, se vuelve urgente repensar no solo las estructuras de financiación, sino el papel de la

economía en la construcción de bienestar colectivo. La teoría keynesiana, con su énfasis en el gasto

contra cíclico y la intervención pública, propone una salida: invertir hoy, cuando más se necesita, y

no esperar a que el mercado actúe por sí solo. La cooperación internacional no debe ser vista como

un lujo prescindible, sino como una estrategia de estabilidad global compartida.

Bibliografía

https://elpais.com/america-colombia/2025-04-07/no-es-solo-estados-unidos-alemania-tambien-

recorta-sus-fondos-de-cooperacion-en-colombia.html

La eficiencia marginal del capital y la crítica keynesiana a la teoría clásica del interés

 Valentina Mosquera Montenegro.

En La Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero (1936), John Maynard Keynes

realizó una revisión radical de los principios de la economía clásica, especialmente en lo que

respecta al mecanismo que determina el tipo de interés y la inversión. Dos conceptos

centrales de su propuesta son la eficiencia marginal del capital (EMC) y su crítica a la teoría

clásica del interés. Estos elementos permiten comprender su ruptura con la tradición y la

introducción de una macroeconomía basada en la demanda agregada.

Según la visión clásica, el tipo de interés es el precio que equilibra la oferta de ahorro con la

demanda de inversión. En este marco, el ahorro es incentivado por tasas de interés elevadas,

mientras que la inversión disminuye bajo estas mismas condiciones. El equilibrio entre ambas

fuerzas determina el tipo de interés natural, lo cual garantizaría, en teoría, el pleno empleo en

el largo plazo (Marshall, 1920). Sin embargo, Keynes cuestiona esta lógica al argumentar que

el ahorro no es una función del tipo de interés, sino del nivel de ingreso.

En su análisis, la inversión es la variable autónoma que determina el nivel de ingreso y

empleo, y no una variable pasiva que se ajusta al ahorro disponible. Para explicar las

decisiones de inversión, Keynes introduce el concepto de eficiencia marginal del capital, que

define como la tasa de rendimiento esperada de una unidad adicional de capital, descontada a

precios actuales (Keynes, 1936). La inversión se realiza cuando la EMC supera al tipo de

interés vigente; de lo contrario, se retrae.

Además, Keynes desplaza la explicación del tipo de interés desde el mercado de bienes al

mercado monetario. En su teoría, el tipo de interés se determina por la oferta de dinero y la

preferencia por la liquidez —la disposición de los agentes a mantener dinero o activos

líquidos en lugar de invertirlos (Keynes, 1936, cap. 15). De este modo, el tipo de interés deja

de ser un precio “real” para convertirse en una variable “monetaria”, influida por la política

del banco central y la psicología del mercado.

Esta concepción tiene importantes implicancias. Al no existir una garantía de que el tipo de

interés se ajuste para igualar la EMC con el rendimiento deseado por los inversores, la

economía puede quedar atrapada en un equilibrio con desempleo involuntario. La crítica

keynesiana evidencia que el sistema no tiende necesariamente al pleno empleo y que el gasto

agregado —especialmente la inversión— puede ser insuficiente en determinadas

circunstancias.

En conclusión, la eficiencia marginal del capital, al depender de expectativas volátiles y de la

confianza empresarial, convierte a la inversión en una variable altamente inestable. Al romper

con la teoría clásica del interés y establecer una relación más realista entre inversión, tipo de

interés y demanda, Keynes abre las puertas a una macroeconomía moderna donde la ciencia

intervención del Estado mediante políticas fiscales y monetarias cobra plena justificación.


Referencias

● Keynes, J. M. (1936). The General Theory of Employment, Interest and Money.

London: Macmillan.

● Marshall, A. (1920). Principles of Economics (8th ed.). London: Macmillan.

● Skidelsky, R. (1992). John Maynard Keynes:

¿Por qué los colombianos siguen usando efectivo?

 Sandra X. Meneses

En el año 2024, a pesar de que existen muchas formas nuevas de pagar como las billeteras digitales o las transferencias por celular, la mayoría de los colombianos siguen prefiriendo usar el dinero en efectivo. Según un estudio de Raddar compartido por la revista Semana, el 85% de los hogares en Colombia usaron efectivo para hacer sus compras en junio (Semana, 2024). Esto quiere decir que, aunque hay más tecnología, el efectivo sigue siendo el rey. 

Para entender por qué esto pasa, podemos usar una idea del economista John Maynard Keynes, que se llama preferencia por la liquidez. Según Keynes (1936), las personas prefieren tener su dinero en efectivo (o algo que se pueda usar fácilmente) por tres razones: para poder hacer compras diarias (motivo de transacción), para estar preparados ante emergencias (motivo de precaución) y porque prefieren esperar a ver si es mejor ahorrar o invertir después (motivo especulativo). 

En Colombia, las dos primeras razones son las más importantes. Muchas personas necesitan efectivo para pagar transporte, comida y otras cosas del día a día. Además, como hay mucha incertidumbre por la inflación (los precios suben) y el trabajo es inestable, la gente prefiere tener el dinero en su bolsillo o en su casa, donde sienten que está más seguro. También, como los bancos cobran intereses altos y no todos tienen acceso a servicios financieros, muchas personas no ven útil usar tarjetas o apps de pago. 

Aunque los datáfonos y las billeteras digitales han aumentado, todavía hay muchas zonas del país donde no se usan o no hay señal para que funcionen. Por eso, el efectivo sigue siendo más práctico. Incluso los jóvenes de la Generación X y los Centennials, que han crecido con tecnología, siguen usando efectivo porque sienten que es una forma más segura de manejar sus gastos, especialmente en momentos difíciles (Semana, 2024).

Aunque Colombia ha avanzado en los pagos digitales, la mayoría de las personas todavía prefieren usar efectivo. Esto se puede explicar con la teoría de Keynes sobre la preferencia por la liquidez: la gente quiere tener su dinero a la mano para usarlo cuando lo necesite y porque no confía del todo en otros métodos. Para que más personas usen medios digitales, es importante que el sistema financiero sea más accesible, confiable y que llegue a todas las regiones del país.

REFERENCIAS : 

Keynes, J. M. (1936). La teoría general del empleo, el interés y el dinero. Fondo de Cultura Económica. 

Semana. (2024, julio 10). Colombianos siguen prefiriendo el efectivo en 2024, según estudio de Raddar

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https://www.semana.com/economia/capsulas/articulo/por-que-los-colombianos-siguen-prefiri endo-el-efectivo-en-2024/202402/