Carlos Andrés López Becoche
BBC News Mundo (2025), nos ilustra un escenario extremo sobre la crisis económica en
Venezuela, donde se ven casos como el colapso del poder adquisitivo, migración masiva y
la extinción del capital humano han dejado en una catástrofe en la capacidad productiva del
país. Con todo este contexto vamos a analizar conceptos importantes como el ingreso, el
ahorro, la inversión, la propensión al consumo y el multiplicador de la ocupación propuesto
por John Maynard Keynes.
Sabemos que Keynes menciona que el consumo depende esencialmente del ingreso que
haya disponible. En el país de Venezuela, la hiperinflación (2015-2019) trajo como
consecuencia que se destruyó el valor real de los salarios, bajando drásticamente el ingreso
disponible. Como nos deja ver el economista Omar Zambrano, demasiados trabajadores
abandonaron sus empleos porque según sus palabras el “el salario no valía nada” en ese
momento. Esto generó una caída descomunal a la propensión marginal a consumir (PMC),
dicho de otra manera, la propensión del ingreso que se destina al consumo.
En cuanto al ahorro, en condiciones que sean normales, por lo general una parte del ingreso
que se ahorra para inversión futura. No obstante, en el contexto como el de Venezuela
(hiperinflación), el ahorro se vuelve insignificante y carente de sentido ya que el dinero
pierde valor de manera drástica. Por consiguiente, esto desincentiva la inversión privada y
lleva a la fuga de talento y capitales (4.1 millones de trabajadores emigraron). O sea, las
familias ni las empresas tenían incentivos para retener recursos en el país.
Según mi punto de vista, esto me trae un recuerdo de la paradoja del consumo, donde
Keynes advirtió que, en caso de una recesión, si todos reducen drásticamente el consumo
debido a la incertidumbre, la demanda agregada cae aún más, habiendo más crisis. Esto
claramente se vio reflejado en Venezuela, ya que la disminución en el consumo deprimió
las ventas, llevando al cierre de empresas y fomentando más desempleo.
Keynes nos menciona que el empleo no solo depende de factores como la oferta y demanda
laboral, sino del gasto agregado. En particular, el multiplicador de la ocupación nos indica
que un incremento en la inversión (pública o privada) genera un efecto expansivo en el
empleo mayor que el inicial, debido al gasto inducido en otros sectores. Por ejemplo, Si el
Estado invierte en construcción, contrata ingenieros y obreros, llevando a que estos
empleados gasten sus salarios en alimentos, transporte y servicios, esto aumenta la
demanda, incentivando a que haya más contrataciones.
Sin embargo, en lugar de un círculo virtuoso, Venezuela experimentó claramente
un multiplicador negativo, debido diferentes factores: a la destrucción inicial de empleo:
Empresas cerraron por hiperinflación y controles económicos. La Contracción en cascada:
Menos trabajadores activos redujeron el consumo, llevando a más quiebras y despidos. Y la
Fuga de talento: La emigración masiva de profesionales (médicos, ingenieros) debilitó
sectores clave, imposibilitando una recuperación espontánea. Este proceso refleja cómo, sin
demanda efectiva, el multiplicador de la ocupación opera en reversa, profundizando la
recesión.
Para revertir nuevamente el colapso laboral, yo propondría que Venezuela aplique políticas
keynesianas centradas en tres puntos importantes: primero, un gasto público que sea
estratégico en sectores intensivos como la mano de obra (como infraestructura, salud y
educación) para generar empleo directo y estimular la demanda agregada; segundo,
la estabilización macroeconómica, mediante un control de la hiperinflación (con medidas
como una dolarización parcial o políticas monetarias restrictivas) y la protección del salario
real para que con ello se restaure el poder adquisitivo; y por último, incentivos a la
inversión privada, como por ejemplo, subsidios fiscales a las empresas que recontraten
trabajadores formales y programas para repatriar capital humano profesional, esencial para
reconstruir sectores productivos. Estas medidas, por separadas capaz no funcionen del todo,
pero combinadas, con reformas institucionales que traigan de vuelta la confianza, podrían
activar el multiplicador de la ocupación en sentido positivo, generación de empleo y
recuperando la económica.
En conclusión, La crisis venezolana nos lleva a un claro ejemplo para explicar los
principios keynesianos, la caída del ingreso real anuló el consumo y el ahorro, mientras el
multiplicador de la ocupación operó en sentido negativo, multiplicando el desempleo. Una
recuperación sostenible requeriría que haya políticas de demanda agregada, como gasto
público estratégico y estabilización salarial. Sin embargo, el éxito dependería también de
resolver fallas institucionales y recuperar la confianza en la economía. Venezuela
demuestra que, cuando el empleo colapsa, el efecto multiplicador puede ser devastador,
pero también que una intervención keynesiana bien diseñada podría ayudar a reconstruir el
tejido productivo.
Bibliografía: Oropeza, V. (2025, May 1). “Venezuela se quedó sin millones de trabajadores que
perdieron todo incentivo para trabajar porque el salario no valía nada.” BBC.
https://www.bbc.com/mundo/articles/c0m9jw3kej7o
Buen analisis , lo que propones es bastante cuerdo. Aunque con la situacion politica de Venezuela eso podría tardar muchso años. Y lo primero que se deberia hacer a mi juicio seria atacar el problema de la depreciacion de la moneda local. Aqui el problema recae en el banco central de venezuela quien no ha sido capaz de manetener la capacidad adquisitiva de la moneda y eso se debe a que sus decisiones estan sujetas a decisiones polticas y no tiene independencia eso nos lleva a la Colombia de los 80 y es por ello que antes de mejorar la economia se tendria que mejorar muchas cosas con el tema del banco central
ResponderBorrarAndrés tu análisis me parece muy completo y, sobre todo, muy interesante al mostrar cómo la teoría keynesiana puede aplicarse a una crisis tan profunda como la de Venezuela. Me llamó mucho la atención cómo relacionas la caída del ingreso real con la disminución del consumo y cómo eso, en lugar de generar recuperación, terminó agravando aún más la situación. También me pareció muy interesante la propuesta de aplicar políticas keynesianas para revertir este escenario. La idea de combinar gasto público, control de la inflación e incentivos a la inversión privada tiene mucho sentido, sobre todo si se hace con un enfoque estratégico. Pero además pienso que uno de los mayores retos en situaciones como la de Venezuela no es solo encontrar las políticas adecuadas, sino lograr que exista un entorno en el que realmente se puedan aplicar. Ya que no sirve de mucho tener una propuesta económica sólida si no hay una base institucional fuerte ni un mínimo de coordinación entre los actores políticos y sociales.
ResponderBorrarDesde mi perspectiva este artículo toca varios puntos importantes, Uno de los puntos que más me llamó la atención es cómo la caída del ingreso real en Venezuela causada por la hiperinflación llevó a que la gente dejara de consumir, lo cual es un golpe directo a la demanda agregada, un concepto clave en el pensamiento keynesiano. Cuando el salario deja de tener valor, como pasó allá, no solo se afecta el consumo inmediato, sino también el ahorro y la inversión futura.
ResponderBorrarTambién me pareció muy interesante la paradoja del ahorro, o más bien del consumo. Cuando todos, por miedo o incertidumbre, dejan de gastar para “protegerse”, lo que terminan haciendo es agravar la crisis. Esto se vivió claramente en Venezuela: menos consumo llevó a más cierres de empresas y, por lo tanto, más desempleo. Es un círculo vicioso que, desde una mirada keynesiana, solo puede romperse con una intervención activa del Estado.
En ese sentido, estoy de acuerdo con lo que plantea el articulo ya que es fundamental que el Estado venezolano impulse un gasto público estratégico, sobre todo en sectores que generan empleo directo. También creo que es urgente estabilizar los precios y proteger el salario real para que la gente vuelva a tener capacidad de compra. Sin eso, ninguna política funcionará.
El análisis expone adecuadamente cómo la teoría keynesiana explica el colapso del mercado laboral en Venezuela, destacando el papel de la caída del ingreso, la pérdida de poder adquisitivo y la fuga de talento. Sin embargo, aunque las propuestas de intervención son coherentes con el pensamiento keynesiano (como el gasto público estratégico y el control de la hiperinflación), el texto podría profundizar más en las limitaciones estructurales e institucionales del país que impiden aplicar estas medidas efectivamente. Además, se asume que la intervención estatal puede generar un efecto multiplicador positivo sin abordar los riesgos de corrupción o mala gestión pública. En resumen, el texto plantea soluciones viables desde la teoría, pero subestima los desafíos políticos y económicos reales para su implementación.
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ResponderBorrarLo que me pareció especialmente bien logrado es el enfoque progresivo: empieza con el ingreso y el consumo, pasa por el ahorro, la inversión, y culmina con el empleo y las propuestas. Se nota que hay una estructura pensada y que no es solo repetir conceptos. El uso del ejemplo de los ingenieros y obreros contratados en la construcción también es acertado porque aclara muy bien cómo funciona el multiplicador de forma práctica, sin sobrecargar, en cuanto a las propuestas del final, me parece que están bien pensadas y equilibradas. No suenan utópicas, lo cual es un mérito cuando se habla de crisis tan complejas. Me gustó especialmente que se reconociera que ninguna medida funciona sola y que hace falta una combinación de acciones más institucionales. Esto demuestra madurez en el análisis.
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