lunes, 3 de octubre de 2016

El consumo y la propensión marginal a consumir



1104413011197
El consumo es un acto corriente y del diario vivir para las personas, es de hecho una necesidad ya que hace parte de su supervivencia. Los principales motivos por los que una sociedad consume, a parte de sus necesidades básicas,  son el disfrute, la imprevisión, la generosidad, el error, ostentación y la extravagancia en ocasiones. Todos los motivos anteriores son aquellos que llevan la sociedad a consumir, tengamos en cuenta que son de carácter subjetivo, sin embargo no podemos olvidar que para que exista este consumo, debemos partir de un nivel de ocupación dado según propone Keynes. El nivel de ocupación aleatorio determinará el ingreso de una sociedad, de la misma forma que este ingreso nos permitirá suponer sobre el consumo esperado, y aquí viene una característica sustancial, que es el problema de la demanda efectiva en la que no se consume todo lo que se produce, a lo que Keynes propone incentivar la inversión para que esta absorba el excedente producido. Esto es que, el incremento K veces de la inversión nos permite conocer el incremento real en el ingreso, que incrementa el consumo pero en una menor medida.
Teniendo en cuenta estos aspectos generales sobre el consumo, podemos entrar a mirarlo un poco más de cerca, especialmente en la fórmula que define el consumo, que nos permite entender cómo funciona y como se reparte este. El consumo está dado por el consumo autónomo, que se traduce como lo que la persona consume independientemente de sus ingresos, más la propensión marginal al consumo multiplicada por los ingresos disponibles que están en función de los impuestos. Me interesa hacer especial énfasis en la pregunta que se planteó durante la clase sobre por qué los países pobres tiene una mayor propensión marginal a consumir pero consumen menos, mientras que los países ricos tienen una menor propensión a consumir acompañado de un mayor consumo, ¿suena contradictorio cierto? Antes de entrar en esta discusión, quisiera dejar planteadas las definiciones sobre los componentes mencionados. La propensión marginal al consumo es aquella medida que nos permite conocer el aumento en el consumo cuando aumenta la renta, que está multiplicada precisamente por los ingresos disponibles que dependen del nivel de impuestos.
Con esto lo que podemos ver es que lo que se gasta en consumo, depende del nivel de ingresos, las circunstancias objetivas que lo acompañan y las necesidades subjetivas y las inclinaciones psicológicas, o sea los hábitos de los individuos. Esta parte psicológica influye mucho ya que el consumo varía de acuerdo a concepciones subjetivas que dependen incluso del nivel cultural, sin embargo Keynes dice de manera general que la tasa de ahorro y consumo no dependen de los factores subjetivos sino del punto de favorabilidad del interés a la inversión.
Teniendo en cuenta lo anterior, podemos ahora hacer énfasis en la anterior discusión que se había planteado, sobre el la propensión marginal al consumo y el nivel de consumo en países ricos y pobres.
En los países pobres, bien sabemos que el nivel general de ocupación es menor que en los ricos, por lo que además los ingresos son también menores, por esta razón entendemos que su consumo está en un nivel menor, ya que sus limitados y bajos ingresos no permiten adquirir más de lo necesario en ocasiones. No obstante, precisamente por tener un menor ingreso y a su misma vez tener menor capacidad para consumir, la propensión marginal al consumo en estos países, es alta, ya que una mínima variación positiva en la renta, es decir los ingresos, incentivará sustancialmente el consumo.
Por analogía podemos suponer entonces que en los países ricos, aunque el consumo es mayor debido a que sus ingresos se lo permiten, la propensión marginal al consumo es menor ya que una mínima variación positiva en sus ingresos no altera en gran medida sus incentivos a consumir. En este punto de la discusión recuerdo mucho esa típica frase de “entre más gana, más gasta”, y que definitivamente es cierta, pero que con las herramientas anteriores se nos hace más fácil comprenderla. Por lo tanto el nivel de ingresos definitivamente influye en la propensión marginal de una persona, sobre todo cuando son niveles bajos en el que esta propensión se torna mayor.
Para ilustrar mejor este cuadro, podríamos tomar como ejemplo el caso nacional, en el que según lo mencionado en clase, para una persona poder adquirir la canasta básica familiar (la cual en mi opinión está compuesta por una serie de artículos ilógicos para ser “básica”), necesita de dos salarios mínimos legales vigentes, lo cual es contradictorio con la realidad ya que muchas personas únicamente acceden a un salario mínimo. Precisamente para el grupo de personas que únicamente acceden a un salario mínimo, su consumo es pequeño en términos de cantidad, sin embargo una mínima variación en sus ingresos, positivos para nuestro ejemplo, incentivara en gran medida a aumentar el consumo debido a sus necesidades. Para esto es necesario poder diferenciar siempre el consumo autónomo de la propensión marginal a consumir ya que suelen mezclarse en los análisis.

Aunque desde el punto de vista teórico esto funciona en la realidad, cambia en ocasiones, como muestra de un botón, China, en el que muchas personas con bajos ingresos, consumen muy poco, y los mínimos aumentos en su renta tampoco alteran sus propensiones a consumir en razón de que tienen como propósito principal ahorrarlos con vistas a un largo plazo. Son contra ejemplos con los que podemos ver porque no necesariamente la propensión marginal al consumo varía siempre en las mismas proporciones dependiendo de si hablamos de ingresos altos o bajos, no obstante sigue siendo una mirada bastante amplia que permite jugar con más variables para determinar cómo se comporta el ahorro, el consumo y así mismo las inversiones en la economía.

1 comentario:

  1. INTERTEXTO 3

    Entre los miembros de nuestro grupo coincidimos en que el consumo y la propensión marginal a consumir son de los temas más interesantes, además de importantes, dentro del marco analítico de la teoría económica keynesiana. Así que de entrada el autor de este texto ya ha escogido un tema muy ventajoso alrededor del cual trabajar. El título mismo del escrito deja patente cual es el foco de atención en esta oportunidad, sin embargo, al finalizar la lectura del mismo queda la sensación de que la información no ha sido del todo precisa, es quizá porque no relaciona de manera más concreta el consumo con el nivel de ocupación, que al fin y al cabo es el problema central a resolver en la teoría de la ocupación keynesiana. Entrando más en detalle, cuando se plantea que el consumo autónomo es “independiente de los ingresos”, creemos que existe una dificultad pues como sabemos y hemos repetido, todo consumo depende fundamentalmente de los ingresos, por tanto debería especificarse que el consumo autónomo es aquel consumo mínimo sin el cual las personas no podrían sobrevivir, pero que depende aún de los ingresos. Por otra parte, se argumenta que “la propensión marginal al consumo es aquella medida que nos permite conocer el aumento en el consumo cuando aumenta la renta”, definición que podría mejorarse teniendo en cuenta que la propensión marginal al consumo (Ĉ) no solo mide los aumentos sino también las disminuciones en el consumo cuando se modifican los ingresos, es decir mide las variaciones sean positivas o negativas. En definitiva, el texto mejoraría si sustentara el análisis profundizando en los factores tanto objetivos como subjetivos que determinan la propensión al consumo, asimismo, convendría agregar algunos otros elementos de la teoría keynesiana atinentes al consumo que se dejan por fuera. Pero aún con lo que se tiene, el texto podría mejorar y ser más inteligible si el autor replantease el orden en que presenta sus ideas cuidándose de caer en el hecho de dejar un tema mencionado para explicarlo más adelante, pues en vez de facilitar la comprensión, puede resultar confuso a la hora de seguir el hilo de los argumentos. Por último coincidimos también en que es preciso mejorar el párrafo de las conclusiones de manera que permita finalizar el texto con claridad en porqué la propensión marginal a consumir es el principal determinante del consumo, que a su vez es uno de los principales determinantes de la inversión. Adicionalmente recomendamos revisar la puntuación en algunas partes de la lectura. El autor sabrá que ninguno de nosotros es un experto, así que no está de más aclarar que hemos hecho las anteriores señalaciones y recomendaciones con todo respeto y sin ninguna pretensión diferente al interaprendizaje.

    -Andrea del mar Domínguez
    -Karen Liseth Atis
    -Elizabeth Carlosama
    -Jhoan Sebastian Ordoñez
    -Oscar Mauricio Valderrama

    ResponderBorrar