Quién ganó?

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El domingo 2 de Octubre de 2016 en Colombia se llevó a cabo un plebiscito sobre la paz, la pregunta era la siguiente, Apoya el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?

Luego de cuatro años de negociación entre dos enemigos, finalmente se habían logrado unos acuerdos, ahora era turno del pueblo Colombiano de apoyar lo acordado, y aunque la firma de los acuerdos y su aceptación en el país no daría a Colombia una paz inmediata, si lograría iniciar no solo la construcción de una paz sino que también tendría en términos económicos un efecto positivo, además le daría a gran parte del pueblo colombiano esperanzas en la construcción de un mejor país.

Lamentablemente para muchos, y a su vez como un alivio para otros, el domingo en Colombia ganó el voto por el no en el plebiscito por la paz. El acontecimiento generó varios sucesos en el país, los cuales lastimosamente han causado repercusiones negativas en la mayoría de los casos.

Tal vez uno de los aspectos a resaltar es que en Colombia existe una crisis política que desencadena una crisis institucional, el pueblo colombiano ya no cree en las instituciones políticas y ello se ve reflejado en el hecho de que la abstención al voto frente al plebiscito alcanzara el 62,6%. Indudablemente algo está ocurriendo con la población colombiana, las razones podrían ser muchas, la lejanía, la economía, en algunos casos como en la costa, motivos climáticos, sin embargo, pensar que solo estas condiciones hicieron que se diera el pasado 2 de octubre la segunda tasa de mayor abstinencia implicaría desconocer la falta de credibilidad y legitimidad de las instituciones burocráticas y estatales, durante los últimos años Colombia ha evidenciado un fenómeno de desarticulación y perdida de fe o esperanza en dichas instituciones; el pasado domingo se vislumbró claramente la deslegitimación  del pueblo con la política lo cual tuvo como resultado una de las tasas más altas de abstinencia electoral en los últimos cien años.

A manera de triunfo muchos partidarios del No han compartido su opinión sobre la democracia y cómo fue que ésta triunfó en el plebiscito por la paz en Colombia, pero realmente ganó la democracia? No, la democracia no ganó, ganó el 50,2% de la minoría de la población colombiana, y personalmente, dudo que esto haya sido el triunfo de la democracia, que por demás causó una polarización aún más profunda en nuestro país, entre dolientes e indolentes, entre quienes conciben el perdón y quienes consideran el perdón una impunidad, finalmente, entre quienes leyeron los acuerdos y quienes simplemente repitieron argumentos que en definitiva desbordaban falacias, indudablemente entre quienes lograron entender la importancia y la trascendencia que los acuerdos simbolizaban y significan para la patria colombiana y quienes no lograron siquiera vislumbrar  nada más allá del rencor frente a una guerra que jamás han combatido en carne propia.

Las grandes elites han cumplido su cometido, durante décadas estas elites han logrado la sumisión del pueblo Colombiano, han creado un pueblo inculto, carente de educación crítica, sin capacidad de reflexión y con una alta respuesta de obedecimiento frente a los medios de comunicación permeados por los intereses colectivos de las elites que los controla.

La deslegitimación del pueblo con la política sumado a la falta de educación critica, hacen de los Colombianos el resultado perfecto a la sumisión de las elites. Para el pueblo colombiano existe regularidad de violencia y monotonía de muerte, el pueblo ha pasado del rechazo a la violencia al desapego de un estado que no los ha protegido de dicha violencia.

De allí entonces se desprende un segundo aspecto a resaltar, teniendo en cuenta el triunfo del no al plebiscito por la paz en Colombia. Una de las razones principales por las cuales se argumentó el voto por el No en el plebiscito por la paz fue la inconformidad del pueblo frente a los acuerdos de paz, analizándolo más a fondo, realmente eran las personas citadinas las que no estaban conformes con el acuerdo, y es allí donde nace una gran pregunta: cómo es posible que la zona donde menos conflicto armado se ha presentado, sea también, la zona donde mayor inconformidad se presente frente a los acuerdos? De hecho, fue  en la zona centro oriente de Colombia donde ganó el Si a la paz, zona que también representa una población que ha sufrido el conflicto y la guerra de manera directa y devastadora.

Lo anterior da paso a peguntarse, si dados los resultados, existe más confianza en las instituciones políticas por parte de las zonas más afectadas por la violencia, y la conclusión debe ser no, sin lugar a duda la deslegitimación institucional se encuentra fuertemente arraigado en todos los rincones del país, que sucede entonces, en simple, lo que ocurre es que en las zonas como Caloto, Toribio, departamentos en los que ganó el SI, como el Cauca, Chocó, Nariño y Vaupés, entre otros, son zonas en las cuales el conflicto con las FARC, les ha generado pérdidas inimaginables lo que los lleva a realizar un acto casi de fe de manera que apoyan el plebiscito con el SI.

Debo decir que de manera personal creo que los Colombianos le hemos fallado a aquellos que han vivido en carne propia las atrocidades de la guerra, no le fallamos a los citadinos del país, le fallamos a la gente del campo, a los indígenas y afrodescendientes, a la minoría de nuestro país; el pasado 2 de octubre estas personas tan azotadas por la guerra buscaban una salida al conflicto, paradójicamente, tras haber vivido actos violentos por décadas en carne propia, fueron ellos quienes estaban dispuestos a dar un paso hacia el perdón algo que fue fuertemente rechazado por aquellos que han hecho una guerra con sangre ajena y que además han vivido la guerra tras una pantalla.

El estado Colombiano carece de legitimidad en el país, tanto gubernamental como militar, lastimosamente en gran parte del territorio colombiano las fuerzas armadas no brindan la seguridad que la población espera, por ello en muchos casos esta seguridad es asumida por grupos armados ilegales, en este caso las FARC quienes llevan a cabo su propia “ley” cerciorando que la población no se vea amenazada por factores sociales deplorables, grandes terratenientes o que se vean afectados por el estado Colombiano, de alguna manera estas poblaciones viven en una especie de para-estados, en donde sus integrantes se sienten conformes y seguros con el “servicio” prestado por las FARC, razón por la cual no desean la disgregación de la fuerza armada, dado que esta los beneficia. Esta es una razón más que afecta la abstención al voto por la paz y que además fortaleció el voto por el no en el plebiscito.

A las anteriores razones se debe agregar la falta de critica que los colombianos presentan, pues desde la independencia misma del pueblo colombiano, la población ha cumplido su papel de sumisión y ha sido permanentemente manipulado, Colombia es un país que además de vivir en guerra por más de 5 décadas ha sido también un país polarizado casi en su totalidad por dos partidos políticos, cosa que en este caso no ha tomado un rumbo muy distinto, nuestro país se polarizo completamente, prácticamente en dos bandos, aquellos que apoyan a Uribe, quienes apuntaban al No y aquellos que apoyan a Santos, quienes promovían el Si, de manera que el país nuevamente retrocedió décadas de odio y contraposición.

De alguna manera nuevamente revivimos nuestra historia, tristemente los colombianos carecemos de memoria y la importancia de los hitos históricos que vivimos son rápidamente reemplazados por partidos de futbol o carnavales y fiestas, tal vez por ello somos conocidos como el país más feliz del mundo, desde mi punto de vista es por esta misma razón por la cual somos el sexto país más ignorante del mundo.

Los colombianos nos enfocamos tanto en tornar un bando en los villanos que no logramos ver que el plebiscito no trataba sobre quienes eran villanos, y a decir verdad, creo que aquí, todos somos villanos, unos villanos por guardar silencio, otros por permitir la sumisión, otros tantos por ser los ladrones de traje y corbata, tantos más por falta de educación, por falta de interés, por la indiferencia que presentan ante el resto de su patria que se desangra y pide auxilio. Cuántos colombianos se preguntaron realmente cuales serían las consecuencias del triunfo del No? Cuantos pensaron realmente en los efectos psicológicos, sociales, económicos y políticos que ello repercutiría en la sociedad colombiana. La realidad es que muchos colombianos votaron únicamente con una motivación casi visceral completamente carente de racionalidad y lógica.

Finalmente lo único que nos queda a los colombianos que anhelábamos el inicio de la construcción de la paz en Colombia es ver los desastres que el plebiscito nos ha dejado, no es que el plebiscito haya sido malo, pero fuimos los colombianos quienes no supimos manejar la situación, no solo ganó el No en el plebiscito, también ganó la intolerancia, el rencor y la violencia, porque tristemente en Colombia nos falta educación, cultura y moralidad.

Por último, nos queda ver lado positivo del asunto, como si fuera gran cosa, la renegociación de los acuerdos es tal vez lo único que se pueda salvar del asunto; luego de cometer un  ridículo internacional y de rechazar un acuerdo de paz luego de 52 años de guerra, el mundo aun apoya la búsqueda de paz en Colombia, los partidistas del No afirman su decisión para lograr una mejor negociación de paz, pero realmente, se logrará? Aun mas importante, cuanto tiempo mas tendrá que esperar el pueblo colombiano para iniciar la construcción de paz, cuantos muertos más?

Finalmente la pregunta que todos los colombianos nos hacemos es, ahora qué? Porque la realidad nos demuestra que entramos en un terreno de incertidumbre del cual no será fácil salir, o tal vez nunca logremos salir, ahora vivimos en incertidumbre económica, social y política. Era la renegociación realmente el objetivo y la motivación de quienes optaron por el no en el plebiscito por la paz en Colombia? O simplemente fueron víctimas y participantes de una pantomima creada para fines no colectivos de aquellos que deseaban una participación directa en el inicio de la construcción de la paz, inicio que posiblemente ahora, más que antes pueda verse dilatado en el tiempo?

Ganó el NO!...Ganó la democracia? La renegociación? Ganó Colombia?

No. No ganó ninguno, no ganamos nada. Ganó la minoría de la minoría. Ahora, creo que como todos los demás colombianos, yo también pido por favor a esa minoría que me ilustre con el futuro que proponen para Colombia, que me ilustren por favor con aquello que yo no he podido ver ni entender, aquello por lo cual creo que todos los colombianos estamos sumidos en una profunda incertidumbre.

Encarecidamente le pido a esa minoría que no me respondan con aquello que rechazaron, pues cuando algo se rechaza y se refuta es porque existen aspectos que generan inconformidad, aspectos que deben solucionarse, pero claro está, una posición crítica no se trata solamente de apuntar aspectos negativos, se trata de construir soluciones a esos aspectos negativos, de no ser así no podrías jamás llamarte un crítico, tal vez un criticón, pero los criticones poco aportan a la sociedad y aumentan de manera exponencial la intolerancia y el apego ideológico visceral, precisamente aquello de lo cual muchos Colombianos queremos salir y deseamos cambiar.