miércoles, 27 de septiembre de 2017

¿SEGUIR CONSUMIENDO O NO HCERLO?



Algo que nosotros como seremos humanos disfrutamos a diario es poder comer, la satisfacción que causa la comida, es tan grande, que podemos deleitarnos con una vos a nuestro oído, que dice “oh si, lo lograste”. Comer se vuelve como una meta, comer se vuelve todo un deseo, sin embargo lo que no presenciamos en aquel momento de querer tener toda la comida a nuestros pies, es que necesitamos una un monto de renta para poder adquirir esos alimentos o productos que sacian nuestro gusto.
La comida, como en otros casos la ropa, o cualquier otro producto nos hacen sentir cierto disfrute, no por lo que pagamos por ese producto, sino porque personalmente, nos sentimos satisfechos de poder tener en nuestras manos aquello que queremos comprar en un momento determinado.
La imprevisión y el error, llevados a un contexto del cual uno no mide límites, por el contrario se siega tanto en querer obtener ese algo, que no abra restricción presupuestaria o precedentes futuros que tengan a no consumir.
Así mismo, cuando no podemos límites podemos pasar a facetas como la extravagancia, pueden presentarse dos casos y sería mejor verlos desde un ejemplo; el primero tengo un evento de gala y necesito lucir elegante, para estar acorde al público que estará presente en ese lugar. Para está invitación se decide que todo se comprará nuevo, no importa el costo de cada cosa que vaya a lucir.
Sales compras un vestido y en el momento de querer escoger los zapatos y los accesorios se te vuelve todo un caos, primero porque quieres que tus zapatos sean casi perfectos y segundo porque quieres ir tan bien arreglada que empiezas a incrementarle arandelas demasiadas pesadas o en gran cantidad para completar tu kit de accesorios, lo que trae como consecuencia que abunde en la extravagancia y haga un buen consumo, no bueno en calidad o provecho sino en cantidad.
Otro caso, es cuando te obsesionas por ejemplo por una boquilla vicen bach tres cuartos para tu trompeta y la miras por internet y la compras sin importar el precio al cual la ofrecen y en el momento que llega a tus manos notas los daños de esa boquilla, por ejemplo que esta pelada por los lados o que el metal no es precisamente el que esperabas, esos consumos pueden ser erróneos pero de provecho para la economía, porque ya has aportado ese momento de consumo.
No obstante hay dos casos que son totalmente opuestos a los casos anteriores y totalmente opuestos entre ellos mismo, como lo son la generosidad y la ostentación; para entender la generosidad podemos hacerlo desde ese tipo de personas que ayudan a otras con necesidades sin recibir nada a cambio, es el caso se la señora Lorenza, que cocina para 85 niños a diario para que no se vayan a sus escuelas con sus estómagos vacíos.
Con los productos que Lorenza alimenta a los niños  y el gran comedor que pudo formar en el patio de su casa gracias a un video que se púbico, Lorenza aporta a gran escala mensualmente al consumo de la economía. Por otro lado está la ostentación, en general ostentar no está mal cuando, son cosas, acciones o situaciones que aportan a quienes te rodean y te aportan a ti mismo, sin embargo ese tipo de ostentaciones y para ser más puntuales y se entienda mejor el ejemplo, ostentaciones materiales, conllevan a la gran mayoría de personas a un endeudamiento.
Este endeudamiento, lo que hace es aportar en cierto momento  a la economía porque ella está consumiendo productos que no están a su alcance, pero así mismo a ese individuo le está generando, descompensación en su renta futura.
Ahora bien, aquí viene una gran pregunta, “¿seguir consumiendo o no consumir?”, los ejemplos que se tomaron anteriormente sirvieron para explicar motivos por los cuales consume una familia, motivos que por ninguna manera pueden desaparecer, no es que todos tengan que hacer presencia en una familia, pero al menos uno de ellos estará inmerso en el desarrollo de estas.
En el caso de Colombia, las familias,  no es que quieran ostentar productos y por ello se endeudan, en este caso, su endeudamiento por la adquisición de productos, es por el bajo salario real que reciben a cambio de su desutilidad marginal del trabajo, teniendo en cuenta el cambio constante que se viene dando de inflación y la caída que hasta el momento no se ha podido recuperar del petróleo, lo cual conllevan a que los individuos tengan un comportamiento un tanto diferente en el momento de consumir.
Por ello la respuesta no se podría responder en general, porque si cada situación en cada país es diferente, crear un mismo patrón  de comportamiento en el momento de consumir en cada hogar, será insólito, sin embargo la teoría económica y en especial la teoría general de Keynes, propone una variable sicológica, que nos permite saber por cada peso del ingreso adicional que recibe una persona, cuanto de ese peso se destina al consumo y en el caso de las familias cuanto al ahorro, llamándola a esta variable propensión marginal del consumo.

  

FRANCY VIVIANA PANTOJA ARANGO.

1 comentario:

  1. El texto aporta mucho a la realidad económica en que se vive actualmente en la economía nacional donde los hogares colombianos de alguna manera han retenido y estancado su consumo debido a ciertos factores donde los precios juegan un papel importante dada una inflación que no se relaciona de manera directa con los salarios, lo que genera que los ingresos de los hogares no sean directamente proporcionales con el incremento de precios esto genera una incertidumbre a la hora de comprar y gastar, es claro resaltar que el principal consumo de los hogares es en la alimentación vital para nuestro vivir, aunque no todo nuestro consumo se destina a la alimentación si no a otros factores como educación o salud también importantes en la composición de la sociedad. entonces ¡consumir o dejar de consumir? siempre sera un gran interrogante y mas aun si la economía tiene un leve crecimiento o el entorno individual económico es incierto con poca expectativa, y problemas como; precios altos, tasa de desempleo alta entre otros.

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