Como
ya sabemos la crisis de los años 30 fue una catástrofe gigante, por lo que Keynes
tuvo que demostrar que se habían generado defectos en el sistema de diferente
maneras y no simplemente monetarios, también en la capacidad de consumo el cual
era insuficiente; deseo excesivo de tener dinero disponible sin arriesgarlo
(preferencia por la liquidez); tasas de interés demasiado altas y un descenso
en lo que llamó "eficiencia marginal del capital" que no es más que
el rendimiento adicional esperado por una nueva inversión en términos del
precio de oferta, es decir del bien de capital. Así pues estos defectos
paralizaron la inversión y provocaron la crisis. Por lo mismo, la inversión del
Estado y el aumento de la proporción del ingreso dedicada al consumo, si se
interrelacionaban con medidas para disminuir el deseo de tener dinero efectivo
disponible y con la baja de las tasas de interés por debajo de la eficiencia
marginal del capital, podían controlar y hasta evitar las crisis.
Sin
embargo, Keynes afirmaba que una vez desencadenada la crisis debía pasar un
tiempo que podía prolongarse de 3 a 5 años para que cedieran los factores que
la provocaron. Se eliminaran los excesos de capital y mercancías, por lo que se
recuperará el consumo y la demanda, causando que las inversiones estatales
produjeran un efecto notable de reactivación.
Pero
al estar de por medio que el estado de ánimo, la toma de decisiones y la
actividad económica están más estrechamente ligados de lo que pensamos y más
cuando se trata de tomar decisiones con respecto al dinero, la mente humana se
comporta de forma irracional. Así fue como desde un principio Adam Smith
definía conceptos como la economía racional y la economía egoísta en donde se
deduce un principio de racionalidad que considera a un sujeto que actúa de
manera egoísta y toma decisiones en procura del máximo ingreso. Según Adam
Smith, las personas se preocupan por su propio interés y constituyen una mano
invisible que sostiene estable la economía, al comportarse de manera racional.
Las ideas de este personaje se han empleado en diversos modelos de complejidad
matemática y los economistas conductuales creen que sus ideas se están
radicalizando cada día más.
John
Maynard Keynes, quien afirmaba que el mercado no era independiente de la
conducta y que tendría una gran relación con los niveles de confianza
producidos por los espíritus animales, término que adoptó para destacar la
importancia de la confianza y de los instintos de los hombres de negocios en
sus perspectivas futuras. Y sostiene que en el estado de las expectativas a
largo plazo, los empresarios poseen la esperanza de conocer lo que conseguirán
con su producción inicial y con el capital que tienen a su disposición; estas
expectativas no dependen únicamente del nivel de probabilidad que le asigne el
individuo a su predicción sino también del estado de confianza. Este último
posee un alto grado de importancia porque es uno de los factores principales que
determinan la eficiencia marginal del capital.
El
estado de confianza es la parte más fundamental de los espíritus animales
debido a que cualquier actividad económica requiere un cierto grado de
confianza en las consecuencias de cualquier acción. Las expectativas del
mercado tienden a ser auto-cumplidas en el corto plazo, pero auto-corregidas en
el largo plazo.
Un
claro ejemplo de esto se da en las burbujas especulativas que se alimentan del
optimismo que generan hasta reventar; por ejemplo que un bien de capital y
algunas personas empezaron a comercializar
dicho bien, pero las otras al ver que este negocio era rentable, no
duraron ni un segundo en dejar sus oficios o sus negocios originales y se
dedicaron al comercio de este bien, (corto plazo). Al transcurrir el tiempo, la
burbuja empezó a crecer al igual que los precios de dicho bien, a tal punto que
el bien podía llegar a precios exorbitantes y ya nadie estaba interesado en
comprarlo con semejante valor, lo que finalmente ocasionó el estallido de la
burbuja haciendo que el precio de este bien se desplomara, (larog plazo).
En
conclusión y ahora más que nunca, el valor significativo de la confianza es más
claro, pues la crisis económica mundial se origina en el abuso de confianza que
poseen algunas entidades del sistema financiero mundial, para las cuales impera
la codicia y no la ética. Es necesario saber manejar este gran elemento, los
rendimientos dependerán en gran medida de los niveles de confianza que existan.
En síntesis, la confianza es un elemento clave para garantizar que una
empresa competitiva sea capaz de producir resultados extraordinarios, esencial
para que florezca la prosperidad, tanto así que no existe un país desarrollado,
competitivo e innovador en el que no se refleje la existencia de un alto grado
de confianza entre los ciudadanos y las instituciones.
Por:
44101088
Fuentes:
Keynes, John Maynard (1998). Teoría General del Empleo, el
Interés y el Dinero. Biblioteca de Grandes Economistas del Siglo XX.
Introducción y comentarios de José Antonio de Aguirre. Madrid:
Ediciones Aosta. ISBN 978-84-88203-05-2.
Buenas tardes, la eficiencia marginal del capital a permitido romper un poco la teoría clásica, ya que sabemos que en el momento de invertir no solo importará la tasa de interés sino la eficiencia marginal del capital y puede darse el caso donde la tasa de interés sea muy alta, pero si la eficiencia o la rentabilidad de esa inversión es mayor podrá compensar esa tasa, así mismo la confianza como tu lo mencionas es muy importante para la toma de decisiones y también en el momento de invertir.
ResponderBorrares importante rescatar sobre el texto la parte sobre la confbialidad del publico sobre las instituciones, el factro de la confianza es un elemento clave para garantizar que una empresa competitiva del publico en los mercados desarrrollados tenga la habilidad de determinar de producir resultados extraordinarios, esencial para que florezca la prosperidad, tanto así que no existe un país desarrollado, competitivo e innovador en el que no se refleje la existencia de un alto grado de confianza entre los ciudadanos y las instituciones, pero en un sistema donde se cosifica y se da el factor psicosocial economico de lo irracional en la mente del hombre sobre el egoismo, es algo ingenuo mencionar la confianza ya que somos individuos que no todas las veces actuamos sobre cabales doctrinales exactos, impredecibles y justos sobre nuestros semejantes.
ResponderBorrarBuen día!
ResponderBorrarAportando a tu texto, la confusión más importante en la EMgK fue que no se advirtió que depende del rendimiento probable del capital y no solo del rendimiento corriente. La solución fue señalar el efecto que tiene las expectativas de modificaciones en el costo previsto de producción sobre la EMgK. Estos cambios se esperan en la unidad del salario o de una nueva tecnología implementada.
Buenas Noches!
ResponderBorrarCuando se produce una brusca caída de la "eficacia marginal del capital", ello provoca una situación de crisis y probablemente un "violento" derrumbe asimismo del nivel de inversión, provocando con ello una profunda situación de crisis. De hecho Keynes defendió que el gasto en inversión está determinado por la tasa de interés y la eficacia marginal del capital o tasa de rendimiento esperado sobre el costo de nuevas inversiones. Asimismo, Keynes mantuvo como tesis fundamental la de que el sistema de mercado libre o laissez-faire resultaba anticuado y que el Estado debía intervenir activamente para fomentar el pleno empleo, forzando la tasa de interés a la baja, estimulando la inversión y redistribuyendo la renta con objeto de aumentar los gastos de consumo.
Hola
ResponderBorrarEs muy importante lo que mencionas frente a la confianza del publico ante las diferentes situaciones económicas a los que se este expuesto y esta como se relaciona frente a las decisiones de inversión teniendo en cuenta las demás variables que se ven implicadas.
Keynes inicia la explicación de la eficiencia marginal del capital tomando como ejemplo los rendimientos que darán una cierta inversión en el futuro. Estos rendimientos dependerán de las ventas y costos esperados durante el tiempo de vida útil del bien de capital, es decir, de la rentabilidad económica esperada, la misma que es llamada el rendimiento probable de la inversión.
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