Luis
Muñoz Burbano
En esta ocasión, decidí
romper un poco las reglas (o tal vez no tanto) en cuanto al enfoque del texto a
la teoría keynesiana. Hoy me llamó la
atención ir a las redes sociales y ver
un debate que se propiciaba a causa de la libertad de los mercados. Me centré
mucho en el debate que sostenían dos personas con mucho furor, el debate me
pareció muy entretenido hasta que quien defendía el libre mercado trato de
‘retrogrado’ a quien no defendía el libre mercando. El problema era que me
identificaba con quien no defendía el libre mercado y me pregunté: ¿Seré un
retrogrado?
La verdad me quede
pensativo, incluso, llegue a cuestionar la posición que he llevado varios años…
Decidí ver otros comentarios, pero eran los típicos mensajes del odio y la
maldita polarización que invade este país, donde el gran argumento era tratar de guerrillero-paramilitar,
santista-uribista, Vargas Lleras–Petro es como si se rompiesen las leyes de la
física para que los polos negativos se atrajeran. Volviendo al tema de
comentarios salvo el primero, los demás no eran de gran aporte y por ello me
centraré en el texto a ver lo retrogrado de no defender el libre mercado.
Lo primero que debo
decir, es que estoy de acuerdo con que haya comercio exterior. ¡Pero eso sí, en
igualdad de condiciones! Como el de debate se centraba en el contexto
colombiano nuestro texto no hace excepción. Comencemos hablando un poco sobre
el libre comercio que es indispensable para el libre mercado y Colombia tiene
varios tratados de libre comercio.
En estos días los
campesinos anunciaron que volverán a paro a casusas de la crisis que viene
afrontando el sector agrícola y la agravación que consigo trajeron los TLC, un
ejemplo de estos es el firmado con los EEUU, donde las expectativas que se
vendieron eran enormes, donde se afirmaba que las inversiones iban a subir en
un gran porcentaje y tan solo subieron un poco más del 2%, mientras lo que si
subieron descomunalmente fueron las importaciones.
Otro argumento que es muy
común y que para la verdad no comparto es que “el estado es muy corrupto, por
eso es mejor el sector privado”. Podemos revisar incluso recientemente que los
hecho no dan coherencia para tal frase, un ejemplo claro de esto es Odebrecht,
una transnacional privada que no solo lleno de corrupción a Colombia sino
también a casi toda Latinoamérica. ¿Qué tal si estas empresas no tuvieran el
más mínimo control estatal? ¿Qué tal todo a manos de la oferta y la demanda?
¿Qué tal dejar todo al libre
mercado? ¿Qué sería de Electricaribe en la costa atlántica? Incluso en estos
momentos donde no hay libre mercado en Colombia, esta empresa ha generado
bastantes males e incluso está pasando por encima de los ciudadanos y el
estado. Estoy casi seguro que estas empresas no funcionarían de la forma ideal
que lo pintan la escuela austriacas y la neoclásica con su libre mercado.
Evidenciando los últimos
hechos no me considero un retrogrado por no apoyar el libre mercado, respetaré
a quien apoye el libre comercio y no lo llamaré retrogrado por defender sus
ideas. Pero ver aquel debate que en un principio me llevo a dudar mi posición
económica o tal vez política, al final solo me ayudó a reafirmar mi posición.
Y me despido con ésta
frase “Tuvimos agricultura: la
eliminaron, y ahora hasta el maíz lo importamos. Tuvimos industria: la
cerraron, y ahora Colombia tiene que importarlo todo. ¿Pero con qué compramos
si no producimos?” Willam Ospina
Referencia:
. https://www.elespectador.com/opinion/opinion/ellos-columna-660574
Es un texto que como lo dice al principio se sale del contexto del curso, aunque no del todo, porque nos pone a pensar en las inversiones y el efecto que puede tener en la economía, pero más allá de ello no supone a pensar en las ideas planteadas por Keynes sobre el libre mercado y la intervención estatal, creo particularmente que ningún punto radical es correcto, siempre debemos ponernos en la posición del otro y entender porque se tiene ese punto de vista, es ello lo que nos permite plantearnos panoramas diferentes, viendo las situaciones de una manera más objetiva, lo que nos permite mejores análisis, definiendo conclusiones más acertadas. 🙂
ResponderBorrarBuenas noches, compañero que buen texto, que buen punto crítico y la frase con que terminas es muy fuerte pero asi mismo hace cohesión con muchos acciones que ejecutamos en nuestro diario vivir y es que en principio, puede que la gente no sabe que compra las cosas importadas, porque también falta esa racionalidad en el sentido de ver una realidad que la estamos dejando por fuera, la gente con estos temas se vuelve apática y por eso cada vez en lugar de mejorar, decaemos. Por falta de información y por falta de interés.
ResponderBorrarMuy buen texto compañero, Es lamentable saber que Colombia que es un país netamente agrícola tenga que importar todo lo que prácticamente se cultiva. Aplicando la teoria keynesiana en la frase que anuncias"... Tuvimos industria: la cerraron, y ahora Colombia tiene que importarlo todo. ¿Pero con qué compramos si no producimos?” podemos evidenciar que a nuestro país le hace falta mayores niveles de inversiones para que estos generen mayor ocupación y traiga consigo mayor ingreso y consumo pero también podemos verlo desde el lado de la exportación de productos como el banano, café,flores, etc que se necesitan de mano de obra y que son generador de crecimiento económico.
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