Juan Sebastián Varona
Resumen: En este texto
lo que se pretenderá ilustrar es como los clásicos plantean su teoría del
empleo haciendo uso de unos factores clave, de esta manera se lograra demostrar
que su teoría contiene lógica, pero al aplicarla a la realidad se queda sin
bases y hace que sus postulados sean apartados; posterior a esto se dará una
explicación desde la teoría Keynesiana al porque los postulados de la teoría
clásica no son aplicables para dar una explicación al desempleo mundial que se
vio en la crisis de 1930.
Palabras clave: Clásicos, Keynes, Empleo, Teoría económica, Oferta, Demanda.
Con la crisis
de 1930 que afecto de manera directa el nivel de empleo a nivel mundial, se
busco dar una explicación a este fenómeno y con ello la solución a este mismo,
con lo cual se usó la teoría clásica del empleo durante los tres primeros años
de esta década. Se parte de considerar que los teóricos ortodoxos le
asignan un papel fundamental al mercado, pues lo consideran el regulador por
excelencia de la economía y por supuesto el mejor distribuidor de los recursos.
En el enfoque microeconómico las libres fuerzas del mercado sustentadas en el
supuesto del laissez – faire, conducirían inevitablemente a las economías a la
situación ideal de equilibrio, donde se alcanza la optimización de todos los
recursos escasos y la posición privilegiada del pleno empleo de los factores de
producción, o por lo menos un nivel muy alto de ocupación.
Con lo cual se
llego a una primera conclusión, la cual mencionaba que el desempleo era de
carácter voluntario debido a que las personas no están dispuestas a emplearse
por salarios menores a la desutilidad marginal del trabajo que este les genera,
estas eran personas propietarias de otros factores de producción y que por lo
tanto viven de las rentas que proporcionaban sus tierras, o de los intereses de
sus capitales, y/o de las ganancias de sus empresas por los tanto no les interesaba
trabajar por bajos salarios y además no estaban dispuestas a desplazarse de sus
lugares de origen. Con el paso del tiempo los desempleados en USA ascendieron a
14 millones de desempleados que de ninguna manera eran desempleados
voluntarios. Luego de esta explicación que de ninguna manera fue correcta,
trataron de argumentar que los sindicatos impedían que aumentara la el nivel de
ocupación pues no admitían la reducción de salarios, y por ello los empresarios
o dueños de los medios de producción no buscarían emplear mano de obra ya que
era insostenible para ellos. Con lo que fueron poco a poco resintiendo los
cimientos de esta lógica de pensamiento hasta que finalmente el mundo económico
no solo necesitaba, sino que exigía una explicación y lo que es mejor una
solución al terrible flagelo del desempleo.
La
argumentación de la teoría clásica no fue compatible con las características
del desempleo en la crisis mundial de los años treinta y no logro dar
explicación ni alternativas a este fenómeno.
A partir de
este momento, la teoría Keynesiana aparece criticando principalmente el
supuesto del economista francés Jean-Baptiste Say llamado la ley de Say el cual
promulgaba que “toda oferta crea su propia demanda”. Con lo cual todos los
demás postulados de la ortodoxia clásica empezarían a tambalear, pues esta ley
implicaba que no existiría obstáculo alguno al incremento de la producción y
por lo tanto al incremento del empleo dentro de un sistema económico. Con lo
cual Keynes llegaría a determinar que las funciones de oferta y demanda
agregadas no son idénticas, por lo tanto, no es cierto que la economía tienda
automáticamente hacia el nivel de pleno empleo porque la demanda agregada se
convierte en un obstáculo para lograr este objetivo, puesto que las pendientes
la función de la oferta agregada y de la demanda agregada son positivas pero la
primera tiene una pendiente mayor a la de la segunda. Entonces, la demanda
agregada crece más lentamente convirtiéndose en un obstáculo para el incremento
de la producción y de los empleos correspondientes, donde el aumento indefinido
de esta brecha significa que los empresarios no pueden vender toda su
producción en el mercado a precios rentables ocasionando que se empiece a
vender esa producción a precios menores a los que permiten obtener la ganancia
normal. De esta manera, los empresarios ajustan la oferta a la demanda real,
existente en el mercado reduciendo la producción, y por lo tanto el empleo.
Adicionalmente
Keynes replanteó el modelo clásico a partir de un conjunto de restricciones
como las siguientes:
-La reducción
del salario no conlleva a incrementar el nivel de empleo debido a que aun con
esta condición lo que hace falta son fuentes de empleo que se crean únicamente
a través del incremento en la inversión que depende de la eficiencia marginal
del capital.
- El salario
nominal puede permanecer fijo y sin embargo, el salario real disminuir si cada
unidad monetaria se desvaloriza en términos reales, por lo tanto los salarios
no equivalen al salario nominal.
- Los
sindicatos están en capacidad, cuando más de fijar el salario nominal, pero
nunca el salario real que depende del nivel general de precios.
Con lo que
Keynes concluye que: El Estado debe intervenir de manera moderada para ajustar
los desequilibrios que se presentan en el mercado de trabajo. La intervención
debe ser compensatoria, es decir la inversión pública debe complementar a la
inversión privada para aumentar el empleo y también debe haber una intervención
correctiva a través de los instrumentos de política que le permitan a la
economía aliviar el desempleo.
Para culminar,
desde mi perspectiva la teoría clásica del empleo se queda corta y además se
derrumban sus postulados que desde el análisis lógico tienen sentido pero
cuando son sometidos a la realidad se quedan sin fundamentos para lograr dar
una explicación eficiente al fenómeno que se presentó en 1930, pero por el
contrario la teoría Keynesiana del empleo logra dar una explicación y
alternativas para lograr una solución satisfactorias, que la llevo a
convertirla en una de las obras de mayor importancia durante la primera mitad
del siglo 20.
Bibliografía:
En esa medida, se vale precisar que, quien afecta dicha teoría de ocupación, es la demanda agregada de bienes y servicios. Entonces, como ya bien lo mencionaste, el postulado clásico, soportado en la ley de Say, en donde cada oferta crea su propia demanda, no es más que una simple reflexión, del deber ser, en donde, sujeto a la lógica, este esta dotado de racionalidad, y sin embargo, ya la crisis de la década de los 30 bastó para colocar en jaque dicho postulado, y llevó a la cúspide al postulado keynesiano, a quien es meritorio reconocer, que dicho análisis no solo se fundamentó en una reflexión, sino que se valió de los acontecimientos, y habló teniendo como base la realidad de aquel momento.
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