ANER ZEMANATE
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La teoría keynesiana se basa en la idea
fundamental de que la intervención del gobierno en la económica puede
estabilizar la economía, aumentando los niveles de empleo y producción,
principalmente mediante el aumento del gasto público en períodos de desempleo.,
supuso un ataque directo a la teoría
clásica la Ley de Say, aceptada
mayoritariamente por sus antecesores estudiosos de la economía, que
consideraban que la reversión de las crisis de los ciclos económicos, en un
mercado libre totalmente flexible, era automática porque los subsiguientes
ajustes en las tasas del interés y en los salarios eran suficientes para lograr
el equilibrio del ahorro e inversión y la plena ocupación.
Uno de los mayores
aportes de Keynes fue abogar por una salida concreta a la crisis económica que
se presentó en 1929 a nivel mundial, y que a partir de ese momento se convirtió
en una receta aplicada por muchos países.
Ante los altísimos
niveles de desempleo registrados en Estados Unidos y en buena parte de las
potencias europeas, Keynes propuso aumentar el gasto público para que, a su
vez, aumentara el empleo y se consiguiera un punto de equilibrio.
Keynes argumentaba que
una demanda general inadecuada podría dar lugar a largos períodos de alto
desempleo. El producto de bienes y servicios de una economía es la suma de
cuatro componentes: consumo, inversión, compras del gobierno y exportaciones
netas. Cualquier aumento de la demanda tiene que provenir de uno de esos cuatro
componentes. Pero durante una recesión, suelen intervenir fuerzas poderosas que
deprimen la demanda al caer el gasto. Por ejemplo, al caer la economía la
incertidumbre a menudo erosiona la confianza de los consumidores, que reducen
entonces sus gastos, especialmente en compras discrecionales como una casa o un
automóvil. Esa reducción del gasto de consumo puede llevar a las empresas a
invertir menos, como respuesta a una menor demanda de sus productos. Así, la
tarea de hacer crecer el producto recae en el Estado. Según la teoría
keynesiana, la intervención estatal es necesaria para moderar los auges y
caídas de la actividad económica, es decir, el ciclo económico
Por otro lado Aun
cuando las ideas de Keynes fueron ampliamente aceptadas durante su vida,
también fueron analizadas minuciosamente y refutadas por varios de sus
contemporáneos. Merecen destacarse particularmente sus polémicas con la Escuela
Austríaca de Economía, cuyos adherentes creían que las recesiones y los auges
son parte del orden natural y que la intervención del Estado solo empeora el
proceso de recuperación. La economía keynesiana dominó la teoría y la política
económica después de la Segunda Guerra Mundial hasta la década de 1970, cuando
en muchas economías avanzadas hubo inflación y un lento crecimiento, fenómeno
llamado “estanflación”. La teoría keynesiana perdió entonces popularidad porque
no ofrecía una respuesta de políticas apropiadas para superar tal situación.
Los monetaristas dudaban de la capacidad de los gobiernos para regular el ciclo
económico con la política fiscal y sostenían que el uso sensato y prudente de
la política monetaria (esencialmente controlando la oferta monetaria para
influir en las tasas de interés) podría aliviar la crisis.
Los miembros de la
escuela monetarista también sostenían que el dinero puede tener un efecto en el
producto a corto plazo pero creían que en el largo plazo una política monetaria
expansiva genera únicamente inflación. Los economistas keynesianos adoptaron en
gran medida estas críticas, incorporando a la teoría original una mejor
integración del corto y el largo plazo así como una comprensión de la
neutralidad del dinero a largo plazo: la idea de que un cambio en la oferta
monetaria afecta solo las variables nominales de la economía, como precios y
salarios, pero no ejerce efecto alguno en las variables reales, como el empleo
y el producto.
Tanto los postulados
keynesianos como los monetaristas fueron puestos bajo la lupa cuando surgió la
nueva escuela clásica a mediados de la década de 1970. Dicha escuela afirmaba
que los responsables de las políticas públicas son ineficaces porque los
participantes individuales del mercado pueden prever los cambios de una política
y actuar anticipadamente para contrarrestarlos.
Y finalmente La crisis
financiera mundial de 2007 hizo resurgir el pensamiento keynesiano, que dio
sustento teórico a las políticas económicas adoptadas por muchos gobiernos los
cuales salieron de una crisis por medio de las teorías keynesianas.
Me parece muy interezante el texto que llevo a cabo el conpañero y me llamo la atencion la parte donde donde nos mensiona como keynes empleo medidas para poder afrontar las crisis que se vivian en ese momento
ResponderBorrarAcontinuacion abjunto un link que nos ayuda a complementar esta lectura
www.dinero.com/edicion-impresa/mundo/articulo/las-teorias-keynesianas-se-mantienen-vigentes-en-la-actual-preocupacion-por-recesion/220994
al parecer es necesaria la crisis para recurrir a keyenes, el salvo el capitalismo de su muerte en la crisis del 29, Keynes cambió, ciertamente, la forma de entender la economía tras la Segunda Guerra Mundial; y dominó tanto el mundo académico como el político hasta que entró en crisis en las décadas de 1970 y 1980, ante el escepticismo generalizado de aquellos años con respecto a las funciones del sector público en la gestión de la economía.
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