viernes, 24 de mayo de 2024

La teoría clásica del empleo frente a la teoría keynesiana: un análisis comparativo

 Esteban Zemanate Lopez


El estudio del empleo, su naturaleza y sus determinantes, ha sido un tema central en la

historia del pensamiento económico. Desde las primeras reflexiones de los mercantilistas

hasta las complejas teorías de la actualidad, la búsqueda de respuestas a preguntas como

¿por qué existe el desempleo? ¿cómo se puede alcanzar el pleno empleo? ha motivado el

desarrollo de diversas escuelas de pensamiento. Entre las más influyentes se encuentran la

teoría clásica del empleo y la teoría keynesiana, dos enfoques contrapuestos que han tenido

un impacto significativo en la comprensión del funcionamiento del mercado laboral y en la

formulación de políticas económicas.

La teoría clásica del empleo, desarrollada principalmente por economistas como Adam

Smith, Jean-Baptiste Say y David Ricardo, se basa en la idea de que el mercado de trabajo

es autorregulado. Según esta perspectiva, las fuerzas de la oferta y la demanda determinan

el nivel de salarios y empleo y cualquier desequilibrio en el mercado es temporal y se ajusta

automáticamente. Los clásicos argumentan que los salarios flexibles permiten que el

mercado laboral se adapte a las condiciones cambiantes, asegurando que siempre haya

demanda para toda la mano de obra disponible.

Por otro lado, la teoría keynesiana, propuesta por John Maynard Keynes en su obra "Teoría

General del Empleo, el Interés y el Dinero" (1936), desafía la visión clásica del mercado de

trabajo autorregulado. Keynes sostiene que la economía no siempre se ajusta

automáticamente al pleno empleo, y que existen factores como la insuficiencia de la

demanda agregada y las rigideces salariales que pueden generar desempleo involuntario. En

este contexto, tambien propone la intervención estatal activa en la economía a través de

políticas fiscales y monetarias para estimular la demanda agregada y promover el

crecimiento económico, lo que a su vez puede conducir a un aumento del empleo.

Este ensayo tiene como objetivo analizar las principales diferencias entre la teoría clásica

del empleo y la teoría keynesiana, centrándose en sus respectivas explicaciones del

desempleo y las políticas recomendadas para combatirlo. Se discutirán los supuestos

básicos de cada teoría, sus principales argumentos y las críticas que han recibido.

Finalmente, se evaluará la relevancia de ambas teorías en el contexto económico actual,

considerando los desafíos y oportunidades que enfrentan las sociedades modernas en

materia de empleo.

Para abordar este análisis comparativo es fundamental comprender los contextos históricos

y económicos en los que surgieron ambas teorías. La teoría clásica se desarrolló en un

contexto de laissez-faire donde se creía que la intervención estatal en la economía era

mínima y que el libre mercado era capaz de autorregularse. En cambio, la teoría keynesiana


surgió en la década de 1930 durante la Gran Depresión, una época de crisis económica sin

precedentes que puso en tela de juicio la validez de las ideas clásicas.


Es importante destacar que este ensayo no pretende realizar una evaluación definitiva de la

teoría clásica del empleo o la teoría keynesiana. Ambas teorías han aportado importantes

conocimientos a la comprensión del mercado laboral y han tenido un impacto significativo

en la historia del pensamiento económico también cabe mencionar que cada teoría fue de

gran importancia para un desarrollo de las economías en su momento. Sin embargo, es

necesario reconocer que cada una de ellas tiene sus propias limitaciones y que no pueden

explicar por completo la complejidad del fenómeno del desempleo.

La teoría keynesiana: una alternativa heterodoxa

John Maynard Keynes, revolucionó el pensamiento económico con la publicación de su

obra "Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero" en 1936. En este libro, Keynes

desafió la visión clásica del mercado de trabajo autorregulado y propuso una alternativa

heterodoxa que enfatizaba el papel de la demanda agregada en la determinación del nivel de

empleo. Keynes en su teoría sostenía que la economía no siempre se ajusta

automáticamente al pleno empleo y que existen factores como la insuficiencia de la

demanda agregada y las rigideces salariales que pueden generar desempleo involuntario. En

este sentido, proponía la intervención estatal activa en la economía a través de políticas

fiscales y monetarias para estimular la demanda agregada y promover el crecimiento

económico, lo que a su vez podía conducir a un aumento del empleo.

La teoría keynesiana también cuestionaba la Ley de Say, argumentando que la producción

no siempre genera automáticamente el ingreso necesario para comprarla. Se señalaba que la

demanda efectiva, es decir, la demanda que efectivamente se traduce en compras, depende

de diversos factores como el consumo, la inversión y la liquidez. Si la demanda efectiva es

insuficiente, se produce un desequilibrio en el mercado que genera desempleo involuntario.

Evaluación de las teorías clásica y keynesiana en el contexto actual

Tanto la teoría clásica del empleo como la teoría keynesiana han aportado importantes

conocimientos a la comprensión del mercado laboral y han tenido un impacto significativo

en la historia del pensamiento económico. Sin embargo, es importante reconocer que cada

una de ellas tiene sus propias limitaciones y que no pueden explicar por completo la

complejidad del fenómeno del desempleo. En el contexto económico actual, caracterizado

por la globalización, el cambio tecnológico y las desigualdades sociales, es necesario

considerar una visión más integral del mercado laboral que combine elementos de ambas

teorías. Es importante reconocer que el mercado laboral no es perfecto y que existen

factores como las rigideces salariales, la asimetría de la información y las externalidades


que pueden generar desequilibrios y desempleo. Siguiendo esta perspectiva, la intervención

estatal puede jugar un papel importante para promover el pleno empleo, la equidad y el

bienestar social pero es necesario que esta intervención sea estratégica y eficiente, evitando

distorsiones en el mercado y buscando fortalecer las capacidades de los trabajadores para

adaptarse a los cambios del entorno económico.

El análisis comparativo de la teoría clásica del empleo y la teoría keynesiana nos ha

permitido comprender las diferentes perspectivas sobre el mercado laboral y las políticas

económicas para combatir el desempleo. Ambas teorías han aportado importantes

conocimientos a la comprensión del fenómeno del desempleo, pero también tienen sus

propias limitaciones y no pueden explicar por completo su complejidad.

La teoría clásica del empleo, con su visión de un mercado laboral autorregulado y la Ley de

Say, ha sido criticada por su incapacidad para explicar el desempleo persistente,

especialmente durante las crisis económicas, teniendo en cuenta su énfasis en el laissez-

faire y la mínima intervención estatal ha sido cuestionado en situaciones donde los

mercados no funcionan de manera eficiente o donde existen desigualdades sociales

significativas. Por otro lado, la teoría keynesiana con su énfasis en la demanda agregada y

la intervención estatal, ha sido criticada por su potencial para generar inflación y

distorsiones en el mercado con su enfoque macroeconómico no siempre toma en cuenta las

características específicas de los diferentes mercados laborales y las necesidades de los

trabajadores individuales.

En definitiva el análisis comparativo de la teoría clásica del empleo y la teoría keynesiana

nos permite comprender mejor los diferentes enfoques para explicar el desempleo y

formular políticas económicas adecuadas. Al reconocer las limitaciones de cada enfoque y

considerar las características del contexto actual podemos avanzar hacia el diseño de

políticas públicas más efectivas para promover el pleno empleo y el bienestar social. Es

importante destacar que este análisis no pretende ofrecer una solución única al problema

del desempleo. La complejidad del fenómeno exige un enfoque multidisciplinario que

considere factores económicos, sociales, políticos e institucionales. La búsqueda de

soluciones efectivas requiere de un diálogo continuo entre diferentes perspectivas y un

compromiso con la investigación y la innovación en el ámbito de las políticas públicas.


Referencias:


Chamorro, A. C. (2011). Algunos elementos sobre la teoria clasica del empleo y la

versión Keynesiana. Revista de la Facultad de Ciencias Economicas y

Administrativas. Universidad de Nariño, 35-57.

13 comentarios:

  1. El ensayo ofrece un amplio análisis de la teoría del empleo planteada por los clasicos y el economista J.M Keynes, así por ejemplo resalta la importancia de cada una y presenta una definición de las mismas, se resalta que en la teoría del empleo de los clasicos como J.B Say, Adam Smith y David Ricardo se plantea una autorregulación del mercado laboral y cualquier desajuste es temporal, con una clara tendencia hacia el pleno empleo, sin espacio a una intervención por parte del Estado, por otra parte Keynes plantea que el Estado debe intervenir en la economía pues, se puede presentar un desempleo involuntario ya que puede surgir insuficiencia en la demanda agregada o por la rigidez de los salarios.

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  2. El análisis comparativo entre estas teorías revela sus diferencias fundamentales. La teoría clásica se desarrolló en un contexto de laissez-faire, donde se creía en una mínima intervención estatal y en la autorregulación del libre mercado. En cambio, la teoría keynesiana surgió durante la Gran Depresión de los años 1930, una época que evidenció las fallas de las ideas clásicas y la necesidad de un enfoque más intervencionista para superar la crisis económica, ambas teorías han contribuido significativamente al entendimiento del mercado laboral, aunque con limitaciones. La teoría clásica ha sido criticada por su incapacidad para explicar el desempleo persistente en tiempos de crisis económicas, y por su énfasis en el laissez-faire que puede ignorar desigualdades sociales y la ineficiencia del mercado. La teoría keynesiana, por su parte, ha sido criticada por su potencial para generar inflación y distorsiones en el mercado, y por no siempre considerar las especificidades de los diferentes mercados laborales.
    En el contexto económico actual, marcado por la globalización, el cambio tecnológico y las desigualdades sociales, es necesario adoptar una visión más integral del mercado laboral que combine elementos de ambas teorías. Reconociendo que el mercado laboral no es perfecto y que factores como las rigideces salariales, la asimetría de información y las externalidades pueden generar desequilibrios y desempleo, la intervención estatal puede jugar un papel crucial para promover el pleno empleo, la equidad y el bienestar social. Sin embargo, esta intervención debe ser estratégica y eficiente, evitando distorsiones y fortaleciendo las capacidades de los trabajadores para adaptarse a los cambios del entorno económico.

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  3. El texto presenta un análisis comparativo de la teoría clásica del empleo y la teoría keynesiana, dos enfoques contrapuestos que han tenido un impacto significativo en la comprensión del mercado laboral y la formulación de políticas económicas.
    Desde una perspectiva clásica el mercado laboral se autorregula, los salarios flexibles permiten el ajuste automático al pleno empleo y con una mínima intervención, el libre mercado se autorregula.
    Desde la perspectiva Keynesiana: No siempre se ajusta automáticamente, la demanda agregada y las rigideces salariales pueden generar desempleo involuntario y la intervención del Estado ayuda a estimular la demanda agregada y promover el empleo. La teoría clásica y la keynesiana ofrecen diferentes perspectivas sobre el desempleo y las políticas económicas. Es importante comprender las limitaciones de cada enfoque y las características del contexto actual. Se requiere un enfoque multidisciplinario y políticas públicas efectivas para promover el pleno empleo y el bienestar social.

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  4. El texto nos ofrece un análisis detallado y bien estructurado de las principales corrientes teóricas en la economía del empleo, destacando las contribuciones y limitaciones de la teoría clásica y la teoría keynesiana. La claridad con la que se explican las diferencias entre estas teorías es particularmente valiosa, permitiendo entender cómo cada una aborda el problema del desempleo y sugiere diferentes estrategias de intervención estatal. Un punto fuerte del ensayo es su contextualización histórica, que ayuda a comprender por qué emergieron estas teorías y cómo sus propuestas fueron respuestas a las condiciones económicas y sociales de sus respectivas épocas. Se debe resaltar el análisis crítico del autor, reconociendo que ninguna de las teorías puede explicar completamente la complejidad del desempleo por sí sola. Esto abre la puerta a la consideración de un enfoque más integrador que pueda incorporar elementos de ambas teorías para abordar de manera más efectiva los desafíos actuales del mercado laboral.

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  5. Pues bien, el autor nos ofrece un análisis comprensivo y equilibrado de las teorías clásicas y keynesianas del empleo, subrayando sus diferencias y contextos históricos. Estoy de acuerdo con la valoración de que ambas teorías han aportado conocimientos valiosos a la economía, aunque también tienen limitaciones significativas.

    En cuanto a la teoría clásica, concuerdo en que su enfoque en un mercado laboral autorregulado y la Ley de Say son puntos fuertes, pero también estoy de acuerdo con las críticas sobre su incapacidad para explicar el desempleo persistente, especialmente en tiempos de crisis. Es cierto que confiar en un ajuste automático del mercado puede ser insuficiente en contextos donde las rigideces salariales y otras imperfecciones del mercado son evidentes.

    Por otro lado, la teoría keynesiana ofrece una perspectiva más dinámica al reconocer la importancia de la demanda agregada y la necesidad de intervención estatal en ciertos momentos. Coincido con la apreciación de que esta teoría es más adecuada para abordar situaciones de desempleo involuntario. Sin embargo, también comparto la preocupación de que una intervención excesiva pueda generar inflación y distorsiones en el mercado.

    Y, finalmente, concuerdo con que ni la teoría clásica ni la keynesiana pueden, por sí solas, abordar completamente la complejidad del desempleo en el contexto económico actual, caracterizado por globalización, cambio tecnológico y desigualdades sociales. Estoy de acuerdo en que una visión más integral, que combine elementos de ambas teorías y considere las peculiaridades del contexto actual, es crucial para diseñar políticas más efectivas.

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  6. Es interesante el estudio comparativo de la teoría clásica del empleo, frente a la teoría keynesiana, dado que permite analizar y darle una vista a los aspectos fundamentales de cada teoría como a sus distintos enfoques, partiendo claramente que surgen desde contextos y situaciones históricas diferentes, siendo la clásica nacida en un entorno caracterizado por la libertad, o como lo denominaron “laissez-faire”, que manejaba la idea de que el mercado (comprendiendo lo laboral) se regulaba automáticamente, con nula intervención, por su lado la teoría de Keynes surge en respuesta a la crisis, crisis que provoco que fuera necesario y se requiriera un papel del estado mas activo e intervencionista a fin de superar dicha la gran depresión de 1930.
    Es evidente que ambas teorías no han sido perfectas, puesto que las críticas han sido un factor que ha estado merodeando en ellas, en la primera siendo su inexactitud en explicar el desempleo persisten durante la crisis, considerando que tenían un exceso, por no decir una completa dependencia del laissez-faire que limitaba el campo de visión de la propia teoría. Por parte de Keynes no es salvo de cuestionamiento, pues las intervenciones estatales mediante sus políticas llegan siempre con potencial de general un periodo de inflación, siendo que si bien la solución se plantea en el corto plazo, en el largo plazo los efectos de la misma son poco lucidos.

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  7. El texto ofrece un análisis claro y equilibrado entre la teoría clásica del empleo y la teoría keynesiana, destacando sus contextos históricos, contribuciones y limitaciones. El análisis comparativo de las teorías clásica y keynesiana muestra diferencias clave: la teoría clásica, desarrollada en un contexto de laissez-faire, aboga por la mínima intervención estatal y la autorregulación del mercado, mientras que la teoría keynesiana, surgida durante la Gran Depresión, enfatiza la necesidad de intervención estatal para superar crisis económicas. Ambas teorías han aportado al entendimiento del mercado laboral, aunque con limitaciones: la teoría clásica no explica bien el desempleo persistente en crisis y su enfoque de laissez-faire puede ignorar desigualdades e ineficiencias, mientras que la teoría keynesiana puede causar inflación y distorsiones y no siempre considera las particularidades de distintos mercados laborales. En el contexto actual de globalización, cambio tecnológico y desigualdades sociales, es necesario un enfoque integral que combine elementos de ambas teorías. Reconociendo las imperfecciones del mercado laboral, la intervención estatal debe ser estratégica y eficiente para promover el pleno empleo, la equidad y el bienestar social, y fortalecer la capacidad de los trabajadores para adaptarse a los cambios económicos.

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  8. El ensayo está bien organizado y proporciona una clara diferenciación entre la teoría clásica del empleo y la teoría keynesiana. Introduce adecuadamente la importancia del estudio del empleo y sus determinantes en la historia del pensamiento económico, destacando las preguntas fundamentales sobre el desempleo y el pleno empleo. La transición de las primeras reflexiones mercantilistas a las teorías modernas establece un buen contexto histórico. La introducción es clara y contextualiza bien el tema. Sin embargo, podría beneficiarse de una mayor explicación sobre cómo las diferentes épocas económicas influyeron en la evolución de estas teorías.

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  9. El ensayo nos proporciona una comparación detallada y fundamentada entre la teoría clásica del empleo y la teoría keynesiana, resaltando principalmente sus diferencias en la comprensión del desempleo y las políticas económicas asociadas, considera el contexto histórico en el que surgieron estas teorías: la teoría clásica en un contexto de laissez-faire y mínima intervención estatal, mientras que la teoría keynesiana durante la Gran Depresión, una crisis económica sin precedentes que cuestionó las ideas clásicas. También destaco positivamente la claridad en la presentación de cada teoría, así como la contextualización histórica que proporciona un marco relevante para entender su surgimiento y desarrollo.

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  10. Debemos analizar primeramente que siempre que se habla de teorías clásicas junto con teorías Keynesianas o postkeynesianas, se destaca las grandes diferencias que encontramos entre estas dos. Sin embargo, debemos recordar que la teoría Keynesiana es en realidad el intento de solucionar las lagunas epistemológicas ocasionadas por la teoría original clásica, es por eso que muchos de los supuestos de la teoría Keynesiana son igual a los de la teoría clásica, situación que puede estresar de gran manera a todos los amantes del conocimiento pragmático, pero que de cierto es ingenioso para demostrar que la teoría clásica tampoco esta tan errónea como los estudiantes de primeros semestres piensan; con esto no estoy diciendo que la teoría clásica sea la herramienta mas efectiva para solucionar los problemas actuales de sistema, sino que, traigo a consideración la genialidad de ciertos autores que con pocas herramientas analizaron contextos complicados de entender para la gente de su época

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  11. La teoría clásica, con su énfasis en la autorregulación del mercado y la flexibilidad salarial, contrasta con la teoría keynesiana, que aboga por la intervención gubernamental para corregir las fallas del mercado y estimular la demanda agregada.
    Desde una perspectiva crítica, es posible argumentar que la teoría clásica subestima la complejidad del mercado laboral y las dinámicas socioeconómicas que pueden conducir a desequilibrios y desempleo persistentes. Por otro lado, la teoría keynesiana, si bien ofrece soluciones prácticas a los problemas económicos actuales, puede no ser sostenible en el largo plazo debido a las consecuencias fiscales y monetarias de una intervención gubernamental excesiva.
    La relevancia de estas teorías hoy es innegable, ya que proporcionan marcos para comprender y responder a las crisis económicas, como se vio durante la pandemia de COVID-19. Sin embargo, es crucial que los enfoques económicos sean adaptables y tengan en cuenta tanto los principios del libre mercado como la necesidad de políticas que promuevan la estabilidad y el crecimiento económicos.

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  12. El ensayo de Esteban Zemanate López compara la teoría clásica del empleo y la teoría keynesiana, destacando sus diferencias en la autorregulación del mercado laboral y la intervención estatal. Concluye que, en el contexto actual, es necesario combinar ambos enfoques para diseñar políticas públicas que promuevan el pleno empleo y el bienestar social.

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  13. Destaca la importancia histórica y el impacto significativo que ambas han tenido en la comprensión del funcionamiento del mercado laboral y en el desarrollo de políticas económicas. Además, reconoce la necesidad de considerar una perspectiva integradora en el contexto económico actual, que tome en cuenta tanto los principios de autorregulación del mercado como la importancia de la intervención estatal para promover el pleno empleo y el bienestar social. Este enfoque reflexivo y multidisciplinario es fundamental para abordar la complejidad del fenómeno del desempleo y avanzar hacia soluciones efectivas y equitativas.

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