martes, 6 de mayo de 2025

 

En los primeros meses de 2025, la economía colombiana ha mostrado señales de

precaución en el comportamiento de los hogares, especialmente en lo que respecta al

consumo. Siguiendo un informe reciente de la firma Raddar, durante enero de 2025 el

gasto de los hogares en Colombia creció a $93 billones, lo que representa un crecimiento

del 6,33% en términos nominales y un incremento real del 1,05% frente al mismo mes

del año anterior. Aunque se evidencia una variación positiva, el ritmo de crecimiento ha

sido moderado y refleja una tendencia a la desaceleración del consumo. Este fenómeno

puede ser analizado mediante la teoría económica de John Maynard Keynes,

específicamente a través del concepto de la propensión al consumo.

Keynes en su obra, propuso que el nivel de consumo de los hogares no crece al mismo

ritmo que el ingreso. A medida que las personas incrementan su ingreso, tienden a gastar

una parte y a ahorrar otra. Esta idea se formaliza en la propensión marginal a consumir

que indica cuánto se consume de cada unidad adicional de ingreso. En tiempos de

incertidumbre económica, como los que actualmente enfrenta Colombia, los hogares

pueden optar por ahorrar una mayor proporción de su ingreso, lo que reduce la PMC y

junto a esto el impulso que el consumo le da a la economía. Keynes argumentó que una

caída en el consumo puede generar un círculo vicioso en el que disminuyen la

producción, el empleo y el ingreso, agravando la desaceleración económica.

La noticia del crecimiento moderado en el gasto de los hogares colombianos puede ser

interpretada como un indicio de que la PMC está disminuyendo. Factores como el

aumento de tarifas en transporte, educación y arriendos, así como el ajuste de los

presupuestos familiares tras la temporada navideña, han hecho que los hogares adopten

una postura más conservadora respecto al gasto. Esta conducta tiene implicaciones

macroeconómicas: si el consumo se ralentiza, la demanda agregada también lo hace, lo

que puede generar un freno en la producción y en la creación de empleo.

Otro concepto clave en la teoría keynesiana que resulta relevante en este análisis es el

multiplicador, este concepto indica que un cambio en el gasto autónomo como el gasto

del gobierno o la inversión provoca un cambio mayor en el ingreso total de la economía.

En este contexto, si el gasto de los hogares se desacelera, el efecto multiplicador también

se debilita, reduciendo la efectividad de otros estímulos económicos. Por esta razón,

Keynes sostenía que el Estado debía intervenir activamente para estimular el gasto

cuando el sector privado se mostraba reticente a hacerlo.

Desde esta perspectiva, el papel del gobierno colombiano se vuelve fundamental. Las

políticas fiscales expansivas, como el aumento del gasto público en infraestructura,

subsidios o transferencias directas, pueden compensar la caída del consumo privado y

estimular la economía.


A pesar del crecimiento económico moderado, los niveles de confianza del consumidor

siguen siendo frágiles, y la incertidumbre económica persiste. Esto refuerza la idea

keynesiana de que, ante una disminución en la propensión al consumo y una posible

parálisis en la inversión, es el Estado quien debe actuar como motor de la demanda

agregada para mantener el empleo y el crecimiento económico. La teoría keynesiana nos

recuerda que el consumo es un motor fundamental de la economía y que una disminución

en la propensión a consumir puede tener consecuencias profundas en el crecimiento.

Conceptos como la PMC, el multiplicador siguen siendo herramientas vigentes para

interpretar la realidad económica actual.

Por último, no debe pasarse por alto el papel de la desigualdad. Aunque Keynes no

menciono esto de forma directa, sus ideas nos permiten interpretar cómo una distribución

más equitativa del ingreso puede aumentar el consumo agregado. Los hogares de

menores ingresos tienden a tener una PMC más alta, por lo tanto, transferencias o

incrementos salariales en este grupo pueden generar un mayor efecto multiplicador que

recortes fiscales a los más ricos. En conclusión entender la propensión al consumo como

un fenómeno ligado al ingreso, la confianza nos muestra que en tiempos de

incertidumbre, esperar que el mercado resuelva por sí solo puede resultar en un

estancamiento prolongado. Por ello, una respuesta decidida y estratégica del Estado

puede marcar la diferencia entre una recuperación

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