En el amplio contexto de la economía actual, la “Teoría General del Empleo, el
Interés y el Dinero” de John Maynard Keynes se destaca como una obra
trascendental y de considerable influencia. Publicada en 1936, durante la
devastadora crisis económica provocada por la Gran Depresión, esta obra no solo
desafió las ideas predominantes de la época, sino que también fundó las bases
sobre las cuales se desarrollaría la macroeconomía moderna. Keynes propuso
una nueva perspectiva para comprender el comportamiento económico, donde el
nivel de empleo no se determinaba por el equilibrio entre la oferta y la demanda de
trabajo, sino por la demanda agregada (DA) de bienes y servicios, la cual es
influenciada por otros factores como el consumo(C), la inversión (I), el gasto
público(G), la balanza comercial(X-M). Por lo tanto:
DA = C + I + G + (X - M)
Está ecuación establece que la demanda agregada total está compuesta por el
consumo de los hogares, la inversión de las empresas, el gasto del gobierno y las
exportaciones netas. La (DA), que es la suma total de la demanda de bienes y
servicios en una economía durante un período de tiempo específico, determina el
nivel de producción y empleo. Las empresas producen en función de la demanda
esperada de sus productos. Por lo tanto, si la DA aumenta, las empresas anticipan
mayores ventas y aumentan la producción, lo que a su vez requiere contratar más
trabajadores, reduciendo así el desempleo. La teoría de Keynes desafió la teoría
económica clásica, cuestionando la Ley de Say, la cual establece que la oferta
crea su propia demanda. Keynes argumentó que la demanda agregada no
siempre es suficiente para cubrir la oferta total de bienes y servicios,
especialmente en tiempos de recesión, cuando la demanda agregada puede ser
insuficiente debido a una disminución del consumo, la inversión o el gasto público,
generando un desequilibrio el cual conduce al desempleo. De acuerdo a esta
situación, Keynes defendía la intervención del Estado en la economía, a través de
las políticas fiscales y monetarias expansivas el Estado podía estimular la
demanda agregada y por lo tanto, fomentar el empleo y la producción. Las
políticas fiscales expansivas implican un aumento del gasto público o una
reducción de impuestos, mientras que las políticas monetarias expansivas
buscaban incrementar la liquidez en la economía, mediante la reducción de las
tasas de interés.
Keynes también propuso un nuevo enfoque para comprender cómo se determinan
las tasas de interés en la economía. Desafió la teoría clásica del interés, la cual
sostenía que la tasa de interés es el precio que equilibra la demanda de fondos
para la inversión y la oferta de ahorros, según esta perspectiva la tasa de interés
se determina en el mercado de fondos prestables, donde la oferta de fondos
prestables está representada por la cantidad de dinero que los ahorradores están
dispuestos a prestar, esta oferta depende de factores como:
● Ingresos: A mayor nivel de ingresos, mayor capacidad de ahorro.
● Expectativas futuras: Si se esperan mayores ingresos en el futuro, las
personas tienden a ahorrar más en el presente.
● Tasa de interés: Una tasa de interés más alta incentiva el ahorro, ya que
ofrece un mayor retorno.
Por otro lado la demanda de fondos prestables está representada por la cantidad
de dinero que los inversores necesitan para financiar sus proyectos, depende de
factores como:
● Oportunidades de inversión: Cuando las oportunidades de inversión
prometen ser rentables, más empresas están interesadas en invertir, esto
ocasiona un aumento en la demanda de fondos prestables, ya que los
empresarios buscan capital para financiar sus proyectos de inversión.
● Tasa de interés: Una tasa de interés más baja, reduce el costo de
financiamiento y aumenta la demanda de fondos.
● Expectativas futuras: Si se espera que la economía crezca, los empresarios
anticipan que habrá más oportunidades de negocio y que sus inversiones
serán más rentables.
La teoría clásica asume que el mercado de fondos prestables es autosuficiente y
que la tasa de interés se ajusta automáticamente para alcanzar el equilibrio. Sin
embargo, en la realidad existen factores externos que pueden afectar la tasa de
interés, como las políticas monetarias de los bancos centrales o eventos
económicos inesperados.
Keynes, sin embargo, argumentó que la realidad era más compleja y que la tasa
de interés era determinada por la interacción entre la preferencia por la liquidez y
la cantidad de dinero disponible en una economía.
La preferencia por la liquidez es una potencialidad o tendencia funcional
que fija la cantidad de dinero que el público guardará cuando se conozca la
tasa de interés; de tal manera que si r es la tasa de interés, M la cantidad
de dinero y L la función de preferencia por la liquidez, tendremos M = L (r).
Tal es la forma y lugar en que la cantidad de dinero penetra en el
mecanismo económico. (Keynes,1936, pág. 150)
La preferencia por la liquidez es el deseo de las personas de mantener una parte
de su riqueza en forma de efectivo en lugar de invertirla en activos como bonos o
acciones. Esta preferencia se basa en tres motivos principales:
● Motivo transacción: Las personas necesitan efectivo para realizar
transacciones diarias.
● Motivo precaución: Las personas mantienen efectivo como reserva para
cubrir gastos o imprevistos.
● Motivo especulación: Las personas pueden retener efectivo esperando que
la tasa de interés baje en el futuro.
La cantidad de dinero en circulación era un factor importante en la determinación
de la tasa de interés. Según Keynes, una mayor cantidad de dinero disponible
implica una mayor liquidez, lo que puede ocasionar una disminución en la tasa de
interés. Esto se debe a que las personas y empresas tienen menos necesidad de
mantener efectivo y están más dispuestas a invertir en activos que generen
rendimiento.
Supongamos una economía con alta liquidez, las personas y empresas, al tener
mayor acceso a efectivo, se sienten más seguras y confiadas, lo que reduce su
necesidad de mantener efectivo como reserva. Esto las incentiva a invertir su
dinero en activos como bonos o acciones, aumentando la oferta de fondos
prestables. Al tener más dinero disponible para préstamos e inversiones, la tasa
de interés tiende a disminuir.
Por el contrario, en una economía con baja liquidez, las personas y empresas
prefieren mantener más de su riqueza en efectivo debido a la incertidumbre o la
expectativa de una futura caída en las tasas de interés. Esto aumenta la demanda
de efectivo, como consecuencia la tasa de interés tiende a aumentar ya que hay
más competencia por obtener dinero a través de préstamos.
La teoría keynesiana sobre la tasa de interés introdujo una nueva perspectiva en
la economía, desafiando los postulados clásicos y estableciendo las bases de la
macroeconomía. Según Keynes, la tasa de interés no solo refleja el costo del
préstamo sino que también representa la recompensa por mantener la liquidez.
Una tasa de interés reducida motiva a las empresas a incrementar sus inversiones
debido a que el acceso al financiamiento resulta más económico. Esto impulsa la
generación de empleo, el aumento en la producción, generando un crecimiento
económico sostenido. Por lo contrario, una tasa de interés alta puede disminuir la
inversión, provocando desempleo y estancamiento económico.
Keynes argumentaba que en ausencia de una intervención gubernamental efectiva
para regular las tasas de interés, la economía podría quedar atrapada en una
trampa de liquidez.
REFERENCIAS
Keynes, J. (1936). TEORÍA GENERAL DE LA OCUPACIÓN, EL INTERÉS Y EL
DINERO. Fondo de cultura económica.
La crítica de Keynes a la Ley de Say, que postula que “la oferta crea su propia demanda”, es especialmente pertinente cuando se consideran las crisis económicas modernas, donde la falta de demanda efectiva puede llevar a un ciclo de desempleo y baja producción. La idea de que la demanda agregada puede ser insuficiente para absorber la oferta total es un recordatorio de que las políticas económicas deben estar orientadas a estimular la demanda, especialmente en tiempos de crisis.
ResponderBorrarEn cuanto a las tasas de interés, la perspectiva keynesiana ofrece una visión más compleja que la simple interacción entre el ahorro y la inversión. La preferencia por la liquidez y la especulación son factores cruciales que influyen en la tasa de interés y, por lo tanto, en la inversión y el empleo. La idea de que una mayor liquidez puede reducir las tasas de interés y estimular la inversión es un concepto que sigue siendo aplicable en la actualidad, especialmente en el contexto de las políticas monetarias expansivas.
el autor proporciona una explicación clara y detallada de la teoría de Keynes, incluido el concepto de la demanda agregada y sus componentes. hubiera sido adecuado profundizar un poco mas sobre los posibles efectos negativos sobre la intervención gubernamental en el mercado como por ejemplo la inflación, o un desmedido aumento de la deuda publica
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