Una de las situaciones que más fascina en el campo de la economía es cuando dos escuelas que tienen diferentes estilos de pensamiento luchan con otras para ver quién tiene razón, escuelas de pensamiento moderno se levantan en contra de las escuelas clásicas buscando generar supuestos que se apliquen de una mejor manera a la realidad.
En nuestro contexto, toda la materia hemos hecho una comparación entre los postulados que ha generado Keynes contra los postulados de los pensadores clásicos, buscando avalar que los supuestos de Keynes tienen razón y describen de una mejor manera la economía pragmática. Sin embargo, el motivo de este ensayo es demostrar que no todo es “blanco o negro”, voy a intentar corroborar que la mayor parte de autores en economía comparten opiniones con otros pensadores que poseen un pensamiento totalmente radical, argumentando que, puede que Keynes haya contradicho demasiado a los pensadores clásicos, no obstante, compartía también ciertas opiniones generadas por estos últimos. Es por eso que el texto de Rod O’Donnell inicia con esta introducción:
“Existen paralelismos sorprendentes entre las contribuciones de Smith en La riqueza de las naciones (en adelante, WN) y las contribuciones de Keynes en la Teoría General (en adelante, GT). Las principales de ellas son las proposiciones de que la producción agregada y el empleo son cantidades variables, que el interés propio por sí solo es insuficiente para servir a los intereses privados y públicos, que el Estado tiene funciones económicas significativas y que las manos invisibles son florituras retóricas prescindibles en economía. Desafortunadamente, los paralelismos han permanecido ampliamente sin discutir, siendo oscurecidos por caracterizaciones simplistas de ambos economistas, y la ausencia de una investigación comparativa cuidadosa” (O’Donnell, 2022 )
Así que, el motivo de este escrito ahondará de cierta manera las principales similitudes en el estilo de pensamiento de Keynes (padre de la economía moderna) y Smith (padre de la economía clásica), comprendiendo que, aunque las dos escuelas tengan una comprensión totalmente radical de la economía, ambas guardan paralelismos interesantes de comprender.
Lo primero que debemos analizar es que, tanto para Keynes como para Smith, la riqueza de un país se encuentra en la producción que este pueda generar en un periodo determinado, sí un país tiene la posibilidad de producir más cantidad de bienes, este será cada vez más rico y poderoso (algo que parece demasiado obvio, pero que en aquella época era un pensamiento demasiado moderno y vanguardista). Es por eso que el autor nos comparte:
“En WN, la "riqueza real" de un país es "el producto anual de su tierra y su trabajo", ya sea en expansión, en contracción o estacionario, y ya sea en términos agregados o per cápita. Se entiende entonces que el interés público tiene dos aspectos relacionados con la riqueza: la producción y la distribución. El primero implica aumentar el nivel de producción, ya que esto enriquece a la nación (así como a los individuos) y ayuda al Estado a proporcionar los bienes y servicios necesarios para los niveles de producción más altos.”
El segundo elemento, el distributivo, deriva su importancia de su influencia en los niveles generales de felicidad y motivación:
“¿Debe considerarse esta mejora en las circunstancias de los rangos inferiores de la gente como una ventaja o un inconveniente para la sociedad? … Sirvientes, obreros y obreras... constituyen la mayor parte de toda gran sociedad política. Pero lo que mejora las circunstancias de la mayor parte nunca puede ser considerado como un inconveniente para el conjunto. Ninguna sociedad puede... ser floreciente y feliz, de los cuales la mayor parte de sus miembros son pobres y miserables. No es más que equidad... que los que alimentan, visten y alojan a todo el cuerpo del pueblo, deben ... estar tolerablemente bien alimentados, vestidos y alojados”. (Campbell, Skinner y Todd 1976, p. 96, énfasis añadido)
Asociado con la "recompensa liberal del trabajo", Smith vio otras ventajas, incluyendo la laboriosidad, la productividad, la invención, el crecimiento de la población y una mayor felicidad derivada de vivir en una economía en expansión (Campbell, Skinner y Todd 1976, pp. 96-104). El descuido del aspecto distributivo del bienestar se alinea con el énfasis en la eficiencia de la teoría ortodoxa. Lo que ciertamente no sirve al interés nacional es "el sistema mercantil" en el que "el monopolio de un tipo u otro... parece ser el único motor" (Campbell, Skinner y Todd 1976, p. 630). Por lo tanto, el mercantilismo, que se traduce en una menor producción y un mayor sufrimiento para las clases más pobres, necesita ser reemplazado (O’Donnell, 2022 )
Cuando leí lo anteriormente dicho, me sorprendí de gran manera, aunque la primera semejanza que tenían tanto Keynes como Smith parecía lógica y demasiado general, esta segunda idea tiene un pensamiento mucho más crítico y no se puede derivar sin entender antes algo de teoría. Para Smith, era importante que los obreros tuvieran un desarrollo integral correcto para generar una riqueza mayor en el territorio, lo que deriva de cierto sentido en la necesidad de que el estado busque este “desarrollo social” a toda costa, si las personas no tienen comida, vivienda o una seguridad correcta, lo más seguro es que el país no podrá generar riqueza. Dado que, no habrá una correcta producción. Aunque lo que escribí anteriormente, tiene una faceta algo Keynesiana, la realidad es que se basó en el libro de Smith y en sus postulados económicos.
¿Qué pensarías sí comentara que los intereses individuales de diferentes estilos de grupos sociales, se pueden alinear para generar un beneficio en común?, aunque para un estudiante de primer semestre de economía, Smith sea el responsable de comentar que las personas son impulsadas por su beneficio individual más que su beneficio en relación a su comunidad, Smith en su libro comparte que los diferentes grupos de personas, los cuales están en función de una gran gama de beneficios individuales, se alinean buscando generar un progreso en la comunidad.
En el sistema actual, Smith describió los intereses privados de los tres órdenes económicos (terratenientes, trabajadores y capitalistas), y su consiliencia con el interés público, de la siguiente manera:
El interés de los terratenientes «está estricta e inseparablemente ligado al interés general de la sociedad». Del mismo modo, el interés de los trabajadores está "estrictamente relacionado con el interés de la sociedad". Pero el interés de la tercera orden (sobre todo comerciantes y maestros fabricantes) "no tiene la misma conexión con el interés general de la sociedad, que ... los otros dos». Los juicios de los capitalistas están mucho más centrados en sus propios intereses que en el interés público, de modo que cualquier propuesta de nuevas leyes o reglamentos de comercio que provenga de este orden requiere una atención "escrupulosa" y "muy sospechosa". Fue de este orden que declaró: "Las personas del mismo oficio rara vez se reúnen... pero la conversación termina en una conspiración contra el público», y que el «interés de los comerciantes» es siempre «reducir la competencia», ya que eso les permite imponer «un impuesto absurdo sobre [...] sus conciudadanos». El comportamiento egoísta de este.
La clase, impulsada por el "espíritu corporativo exclusivo" del "privilegio" y el "monopolio", no está alineada con el interés público y, de hecho, a menudo se opone a él. El resultado es una menor riqueza nacional y una mayor desigualdad en comparación con lo que es posible y deseable. Para servir tanto a los intereses privados como a los públicos, Smith propuso su sistema alternativo, un "sistema de libertad natural". Como se explica más adelante, esto significa que las personas tendrán libertad para utilizar los recursos a su disposición como mejor les parezca, siempre que se haga de la manera prescrita por las instituciones del nuevo sistema, no tendrán total o perfecta libertad para desplegar sus recursos, ni para comportarse como quieran. (O’Donnell, 2022 )
Lo anteriormente dicho, fue otro argumento que sacudió mis bases sobre el pensamiento y la perspectiva que tenía de Smith, en lo previamente citado, Smith está sugiriendo la necesidad de la participación del estado para controlar la generación de monopolios y anular la obtención de ganancia y beneficio por únicamente un grupo de personas en la sociedad, lo que, en términos sencillos, se relaciona con las premisas que generó Keynes para el beneficio colectivo general.
En conclusión, aunque parezca que los dos pensadores (Keynes y Smith), difieran de una manera radical en sus pensamientos y posturas, podemos encontrar en la teoría de ambos ciertas similitudes que pueden ayudar a comprender de una mejor manera los problemas económicos como la producción total, el empleo, el papel del Estado en la economía y la necesidad de evitar monopolios y privilegios que distorsionen el mercado. Ambos economistas reconocen que la prosperidad de una nación está estrechamente vinculada a su capacidad productiva y que los intereses individuales no siempre coinciden con el bien común. Smith aboga por un equilibrio entre los intereses privados y públicos, advirtiendo sobre el egoísmo de ciertos sectores económicos que buscan ventajas a costa del bienestar colectivo. Por otro lado, Keynes defiende una intervención activa del Estado para corregir las fallas del mercado y promover el pleno empleo y la estabilidad económica.
El texto de Rod O’Donnell muestra que las diferencias aparentes entre Keynes y Smith son más sutiles de lo que sugiere una evaluación superficial. Ambos comparten una preocupación por el bienestar económico general y reconocen la importancia de políticas que fomenten la producción, la equidad y la eficiencia. Por lo tanto, en lugar de considerarlos simplemente como rivales, es más adecuado reconocer que sus ideas ofrecen perspectivas complementarias que pueden enriquecer nuestra comprensión de la economía moderna.
REFERENCIAS
O’Donnell, R. 2020. Keynes and Smith, Opponents or Allies? Part II: Smith, and Keynes-Smith Parallels. University of Technology Sydney. Sydney, Australia.
file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Keynes%20y%20Smith,%20oponentes%20o%20aliados.pdf
El texto ofrece una reflexión profunda sobre la conexión entre los intereses individuales y el bienestar general, poniendo en perspectiva las ideas de Adam Smith y John Maynard Keynes. La interpretación de Smith sobre los diferentes intereses económicos y su advertencia sobre el comportamiento egoísta de ciertos sectores resuena con la propuesta keynesiana de una intervención estatal para corregir las fallas del mercado. Esta comparación entre ambos pensadores revela que, a pesar de sus diferencias metodológicas y filosóficas, comparten una preocupación común por el equilibrio entre el interés privado y el público.
ResponderBorrarEl texto explora las similitudes entre las ideas de John Maynard Keynes, padre de la economía moderna, y Adam Smith, padre de la economía clásica. A pesar de sus diferentes enfoques, ambos economistas compartieron preocupaciones y propuestas que pueden aportar una visión más completa de la economía. Tanto Keynes como Smith reconocen que la riqueza de una nación está estrechamente ligada a su capacidad productiva. Un mayor volumen de bienes y servicios generados implica un mayor bienestar económico. Ambos economistas consideraron que la distribución del ingreso es un factor crucial para la prosperidad general. Smith abogaba por un equilibrio entre intereses privados y públicos, mientras que Keynes defendía la intervención estatal para corregir desigualdades. Aunque Smith defendía la libre empresa, reconocía la necesidad de un Estado que garantizara la propiedad privada, la justicia y la defensa. Keynes, por su parte, proponía una intervención estatal activa para estabilizar la economía y promover el pleno empleo.
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